Editorial

El ataque de Irán a Israel tensiona al máximo el momento en la

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Los movimientos de uno y otro bando pueden considerarse escaramuzas previas antes de un recrudecimiento de las hostilidades

La República Islámica de Irán cumplió su amenaza de ataque cuando el 1 de abril Israel atacó la embajada iraní en Siria y causó la muerte a varios de los cabecillas de la Guardia Revolucionaria del régimen islamista. Fue de madrugada y el escudo antimisiles desplegado por el ejército israelí logró destruir el 99% de los misiles y drones lanzados por parte de Teherán. Para repeler el ataque contó con la ayuda de fuerzas de Estados Unidos y Gran Bretaña, dos de sus grandes aliados.

El presidente Netanyahu, reunido con varios de sus ministros, de momento no decidió cómo contestar el primer ataque directo de Irán hacia Israel, pero las fuertes presiones internas que recibe el Gobierno israelí parece que le obligan a una contestación. El ala ultraderechista del Ejecutivo pide un ataque rápido y contundente, mientras que el ministro Benny Gantz aseguró que Irán es un peligro para todo el mundo y que es hora de construir una coalición regional para contestar esta afrenta. Con estas manifestaciones, todo apunta a que la operación de ataque contra Irán no será inmediata y tardará algún tiempo.

Mientras tanto, las reacciones internacionales se suceden. La mayoría, incluida la del Gobierno deEspaña, son de condena del ataque iraní y el G7, reunido de urgencia, además pidió «contención» a los dos bandos.

La escalada de la violencia en la región de Oriente Próximo fue al alza desde el ataque de Hamás a Israel y la posterior la invasión de la Franja deGaza. Hamás, por un lado, y Hizbulá, por otro, han hecho frente a las tropas israelíes que calculaban una operación corta en el tiempo, pero la situación parece haberse enquistado y alargado tanto que puso contra las cuerdas al propio Netanyahu.

El conflicto en Oriente Próximo puede suponer el inicio de una guerra de carácter mundial. De momento, los movimientos de uno y otro bando pueden considerarse escaramuzas previas antes de un recrudecimiento de las hostilidades. Ambos bandos se miden sin hacerse excesivo daño. Estaba claro que Teherán iba a responder la afrenta israelí para apaciguar a sus propios ciudadanos que pedían venganza, como es habitual en los países islámicos. Ahora, grandes potencias como EEUUpiden calma a Israel para que no sea el comienzo de una espiral de violencia de consecuencias insospechadas, pero, en este momento, no se sabe lo que puede ocurrir en las próximas semanas.

Todos los actores internacionales tienen la mirada puesta en Israel, Irán y la Franja de Gaza, por lo que pudiera pasar entre dos bandos y sus respectivos aliados, porque de ello puede depender el futuro del mundo tal y como lo conocemos hoy.