Verano azul es una serie de televisión, dirigida por Antonio Mercero, que se emitió por primera vez a principios de los 80 y que nos hizo llorar a todos los de mi generación con su final. Varias son sus reposiciones, por lo que los más jóvenes también han tenido la oportunidad de verla, aunque ahora, con tantos canales de televisión y tantos aparatos tecnológicos, se perdió el calor de hacerlo en familia.
Para calor, el que nos espera este verano, no sólo en lo meteorológico, sino también en lo político, porque Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, adelanta las Elecciones Generales al 23 de julio, tras el batacazo sufrido por el PSOE en las municipales y autonómicas y con la consiguiente subida de temperatura corporal -vía mosqueo- de la mitad de los españoles, que por esas fechas estarán de vacaciones. El cabreo no viene sólo por si pueden acudir o no a votar, está más motivado en si a uno le toca formar parte de una de las miles de mesas electorales que se constituirán, mayoritariamente en colegios en los que no hay aire acondicionado, con unas temperaturas cercanas a los 40 grados.
Es una huida hacia adelante de Pedro Sánchez en busca de salvar los muebles o, en su defecto, que el daño sufrido sea el menor posible, pero no sé si el presidente más alto, guapo y listo del planeta ha tenido en cuenta la incidencia en las urnas del mosqueo de miles de ciudadanos que están citados a votar en pleno verano.
Antonio Mercero dirigió la serie Verano azul y Pedro Sánchez, con su ocurrencia, puede teñir el verano político de azul. Ya están tardando en preparar un documental.