«Juego mucho con el símbolo y la imagen en la obra»

Antonio Díaz
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La autora albacetense Ana Martínez Castillo presenta hoy, a las 19 horas, en librería Popular de Albacete, su último poemario, La fiebre y la semilla. La escritora, conversará con Llanos Monteagudo en este acto

Ana Martínez Castillo. - Foto: Rubén Serrallé

La autora albacetense Ana Martínez Castillo presenta hoy, a las 19 horas, en librería Popular de Albacete, su último poemario, La fiebre y la semilla. La escritora, que conversará con Llanos Monteagudo en este acto, comentó a La Tribuna de Albacete algunas claves del libro.

¿Por qué no lo publicó en InLimbo editorial?

Porque parece que está un poco feo sacar uno sus propios libros en su editorial. No me convence el tema, porque parece que estás autopublicando y a mí me gusta publicar a otras personas.

¿Su quinto poemario?

Así es. Primero salió Bajo la sombra del árbol en llamas, luego La danza de la vieja y Me vestirán con cenizas. El cuarto fue De lo terrible, con Chamán Ediciones y ahora este, el quinto.

¿Por qué La fiebre y la semilla como título?

Me parece un título chulo,  que resume el trasfondo del poemario. La fiebre, por un lado, porque el libro tiene un lenguaje hermético, con mucho simbolismo e imágenes,  y no deja de ser una búsqueda de la voz propia, de la belleza y de la poesía, junto con esa voz. Esa búsqueda que se inicia con un viaje simbólico desde el campo a la ciudad, sería la parte de la fiebre, y se busca dejar una semilla, que es algo que prospera, que deja huella y termina por trascender, asentarse, y después trasciende, por eso el título. La fiebre como búsqueda de la propia voz y la semilla es haberla encontrado y que prospere.  

¿Con una presencia constante de la madre?

La madre aparece como hilo conductor. Es una madre simbólica, es una madre que son todas las madres, como esa voz de la conciencia que te dice que tengas cuidado, que no te arriesgues, que te quedes en casa. Voz profética que, de alguna manera, va acompañando ese viaje, todo simbólicamente, claro.  

¿Juega mucho con los símbolos en la obra?

Sí, juego mucho con el símbolo y la imagen en la obra,  en mis poemas. Aunque son experiencias que uno tiene en la realidad, están como transformadas. Por ejemplo, cuando hablo de bosque o de lo rural quiere simbolizar, un poco, el inicio de la voz, del viaje y ahí entra también en juego lo de la madre.  

No es muy común la escritura sobre la degradación o la muerte. ¿En este poemario también?

Sí, en todos. Yo soy de escribir de temas profundos, graves, metafísicos, no son cosas ligeras. No escribo poemas de amor, que están muy bien, pero que no me llaman, y aquí también está presente eso y  este poemario es un viaje, también hacia la degradación, porque se busca esa belleza, esa trascendencia, esa voz propia, pero se acaba perdiendo la voz  en los poemas finales. Triunfa lo degradado, la vejez, la muerte, siembre vamos encaminados ahí. Está muy presente también. 

¿Por qué ese interés?

No lo sé. A la hora de elegir mis lecturas también tiro hacia temas de este tipo. A mi  modo de ver, la literatura tiene que escribir de las partes oscuras, sobre las partes oscuras de la realidad, entonces, hay que adentrarse un poco en lo dramático, en los bosques oscuros del propio ser y arrojar luz. Al final, terminamos hablando de lo que más nos asusta y creo que a todos nos asusta el tema de la vejez, de la enfermedad, la muerte  y una manera de hacer eso manejable y que dé menos miedo, es convertirlo en algo bello, que es lo que trato de hacer con mis poemas y con mi narrativa, tratar temas que son muy oscuros, trágicos profundos, por medio de imágenes bellas y hacerlos un poquito más manejables.  

¿Con esperanza?

Siempre hay esperanza, aunque aparentemente no aparezca la esperanza en los poemas. Hay luz, hay esperanza al final.  

¿Cómo es la lectura?

No son poemas fáciles, pero se pueden leer cómodamente. Todo lo que hago tiende al hermetismo del lenguaje, a la metáfora, en eso consiste la poesía, una vertiente que casi se está perdiendo a favor de lo literal, pero hay que jugar más con el lenguaje figurado y dejarse llevar. 

¿Qué planes literarios tiene?

Entre la editorial y mis cosas estoy liada. Tengo un libro de relatos terminado, El descenso, y un poemario más inédito, con título provisional, Inquilinos de lo seco, pero no hay planes para publicar pronto