Cruz Roja lleva un programa contra incendios en La Manchuela

Redacción
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Esta ONG recuerda que el 95% de los siniestros forestales se deben a la acción humana

Imagen de un operario de Cruz Roja mientras observa el fuego de un incendio forestal. - Foto: Cruz Roja

En verano hay que tener especial cuidado con los incendios forestales; bosques y montes descuidados por falta de prevención, la falta de lluvias junto a las primaverales copiosas, el calor en aumento por el calentamiento global, el aumento de olas de calor… Todo ello hace crecer el riesgo de provocarse un incendio que se extienda sin control sobre un bien de naturaleza forestal, que además de las innumerables pérdidas medioambientales (destrucción de la flora y fauna silvestre), también ponen en riesgo la seguridad de la vida humana (directa, e indirectamente por la desaparición de especies que generan oxígeno e incluso previenen ante otras enfermedades), por lo que se deben extremar precauciones en las zonas y épocas con mayor riesgo.

Cruz Roja en Albacete realiza desde 2022 una iniciativa para prevenir posibles incendios forestales. La vigilancia y la concienciación ambiental constituyen los principales pilares de las actuaciones.  

La vigilancia del terreno forestal, junto con la detección temprana de incendios, se consideran fundamentales en cualquier programa de prevención. Lo demuestra de forma clara el proyecto pionero puesto en marcha por Cruz Roja en Albacete en la Manchuela, una zona que abarca el noreste de la provincia y que se considera de las de mayor riesgo de incendios por la fuerte presencia de cultivos.  

Los objetivos principales del proyecto (auspiciado por las asambleas de Mahora, Villamalea y Casas Ibáñez) han sido intentar llevar al mínimo el número de incendios, localizarlos de forma temprana, concienciar a los usuarios del monte de la importancia de cuidar el entorno y el patrimonio forestal, vigilar zonas de gran afluencia de gente, conocer el territorio y los caminos de forma clara (para dar soporte en búsquedas de personas o accidentados en el monte) y mantener contacto directo con los paisanos de las huertas habitadas para ayudarles en caso de emergencia, entre otros. Estas labores son realizadas por Voluntarios y Voluntarias de Cruz Roja.

En los últimos años, los incendios forestales han arrasado bosques y paisajes agravando la situación medioambiental y climática; causa y consecuencia vinculadas son las olas de calor, un asesino invisible; en Europa, estamos experimentando temperaturas cada vez más altas durante períodos de tiempo más largos cada verano. Siete países del sur de Europa han emitido advertencias 'rojas' por olas de calor, y hay importantes incendios en el este de Europa (Croacia, Sicilia, Grecia…) pero también se están alcanzando temperaturas récord en América del Norte y Asia, según el Centro Climático de la Cruz Roja.

El año pasado fue el verano más mortífero registrado en Europa: más de 60.000 personas murieron en Europa por causas relacionadas con el calor, y fue el número más alto en Italia, Grecia, España y Portugal, pero el calor implacable ha sido mortal en gran parte del continente.

En los últimos diez años, más de 400.000 personas han muerto a causa de desastres relacionados con el clima y el clima extremo, según el Informe Mundial sobre Desastres de la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Cada uno de ellos es una tragedia para las familias y seres queridos que dejan atrás.

Sin embargo, el 95% de los incendios forestales que se ocasiones se deben a la acción humana. Las negligencias y causas accidentales -como arrojar colillas aún encendidas, dejar vidrios abandonados, barbacoas mal apagadas…- son una de las mayores fuentes que provocan estos desastres naturales, por lo que se deben extremar precauciones siempre que vayamos a disfrutar de una jornada en la naturaleza.