Editorial

El clamor popular no debe pasar desapercibido

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La semana política concluyó en la mañana de ayer con las concentraciones convocadas por el Partido Popular en todas las capitales de provincia del país, en las que cientos de miles de españoles clamaron contra la amnistía y por la igualdad de todos los españoles. En la capital albacetense la cita fue en la plaza de la Constitución, todo un simbolismo y un claro guiño a la Carta Magna, donde unas 12.000 personas no sólo llenaron ese espacio, sino que también ocuparon varias calles de alrededor en lo que fue una cita histórica. Fue la tónica general en todo el país tras los anuncios de los acuerdos con Junts y PNV del líder socialista, Pedro Sánchez, para asegurarse el apoyo para su investidura.

El triunfo de las manifestaciones realizadas ayer no sólo fue en la cantidad de ciudadanos que lograron concentrar a lo largo y ancho de la piel de toro que es España, sino también que se realizó de forma pacífica, que es la mejor manera de hacer daño a quienes legitiman la violencia y también a quienes criticaron estas movilizaciones en defensa de la igualdad, la dignidad, la justicia, la convivencia y la diversidad.

En Albacete, fue Manuel Serrano, presidente provincial del Partido Popular, el encargado de dar lectura al manifiesto, recordando que «hace 45 años, los españoles aprobamos una Constitución con la que construimos una democracia de ciudadanos libres e iguales, asentada sobre la unidad y la pluralidad, con unos poderes públicos sometidos a la ley y el Estado de derecho. Nos convertimos en un ejemplo en todo el mundo», recordando el ataque que ahora sufren «la Carta Magna, la división de poderes y las bases de nuestra democracia».

Alberto Núñez Feijóo, líder nacional de los populares, acudió a la concentración de Madrid, la más numerosa, donde señaló que si él hubiera pactado lo que Pedro Sánchez le habrían convocado una huelga general en toda España, al tiempo que pidió la dimisión del dirigente socialista y unas nuevas elecciones.

Está Feijóo en su derecho de pedir, pero sabe que a Pedro Sánchez ni las numerosas concentraciones de ayer ni las futuras que puedan producirse le van a hacer cambiar, porque su único objetivo es el poder y lograr la investidura como presidente del Gobierno, aunque en el horizonte se vea una legislatura convulsa marcada por el chantaje de independentistas y nacionalistas debido a la necesidad de sumar apoyos en un parlamento fragmentado, por una preocupante tensión en las calles y, como ya apuntan los populares, por el recurso a los tribunales para tratar frenar la amnistía. La XV legislatura contará con mucha incertidumbre y el dirigente de los socialistas tendrá que vivir día a día su mandato, siempre pendiente de las exigencias de los que le dan su apoyo interesado.