Fernando Fuentes

Fernando Fuentes


¿A quién quiere Dios?

23/08/2022

Un cura de Albacete dice que los homosexuales no son queridos por Dios. Podría haber sido de cualquier otro lugar -porque la sandez no entiende de confines- pero no, es albaceteño y ya sabemos la gracia que tiene todo lo que acaba en «cete» y empieza por «Alba» en las cajas tontas nacionales. El caso es que este párroco de San Pedro se gustó, en plena homilía dominical, escupiendo por su bendita boca que la personas que aman a otras de su mismo sexo no son queridas por Dios y aludió a su presunta anormalidad. Y se quedó tan a gusto. La mala suerte -o buena, quién sabe ya que ha tenido su minuto de lamentable gloria, sea buscada o no- es que alguien, que estaba allí, grabó sus palabras y todo el desmán verbal se hizo viral en solo unos minutos. Y allí estábamos, Albacete en el mismo titular en el que un cura homófobo se pegaba una feísima rajada que hizo las delicias de las voraces serpientes de verano. Huelga decir que no vamos a entrar en discusión con este personaje más propio de la Iglesia franquista que de la actual. Pero que sepamos no se han tomado medidas contra él, por parte del Obispado de Albacete y eso para algunos los puede convertir en cómplices de unas declaraciones que los deja a todos a la misma altura del betún. De muy poco vale que la institución eclesiástica española trabaje para modernizarse y dar una imagen menos rancia, que parte de una apertura de mente tan necesaria como justa, si de vez en cuando sale uno de los suyos y suelta un disparate que deja, una vez más al pairo, que bajo las sotanas aún hay mucho retablo andante con ideas más propias de Torquemada que de un cura del Siglo XXI. Llegados a este punto habría que preguntarles a los sacerdotes homosexuales que les parecen estas declaraciones y si se sienten queridos por su Dios o no. También a esas criaturas que desde tiempos inmemoriales han sido víctimas de abusos sexuales por parte de la peor ralea conocida de clérigos. Lo que hay que criticar y perseguir es, precisamente, a estos delincuentes pedófilos con túnica y escapulario y no al amor entre personas del mismo sexo. Bastante sabrá éste a quién quiere Dios.