La fiesta del Corpus se vive intensamente

Antonio Díaz
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a Catedral acogió la misa presidida por el obispo de la Diócesis, Ángel Fernández y, posteriormente, se llevó a cabo la procesión, a la que estaban llamados los niños que recibieron su Primera Comunión

El obispo, Ángel Fernández, presidió en la Catedral la Eucaristía, en la fiesta del Corpus Christi. - Foto: José Miguel Esparcia

El obispo de Albacete, Ángel Fernández Collado, presidió la Eucaristía en la Catedral de Albacete, en la celebración del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Una Catedral que se llenó de fieles, que participaron en la multitudinaria procesión del Corpus desde la Catedral, en un recorrido por las calles del centro de la ciudad, concurridas al paso del cortejo. A la procesión estaban llamados especialmente los niños y niñas que este año recibieron la Primera Comunión.  

Una procesión, con la solemne bendición del obispo, en la que participaron numerosas asociaciones, cofradías, movimientos y parroquias de la ciudad y que contó, como es habitual con la participación de la Banda Sinfónica Municipal de Albacete. Como es tradición, desde hace 40 años, la Hermandad y Cofradía de San Juan Evangelista  tuvo el honor de portar la Custodia, junto con los Reales Tercios.  

En la Catedral, el obispo, Ángel Fernández, saludó a las autoridades, fuerzas del orden público, órdenes militares, miembros de hermandades  y cofradías, Real Asociación de la Virgen de Los Llanos,  grupos y movimientos apostólicos,  Grupo de Folclore Abuela Santa Ana, sacerdotes, seminaristas, acólitos, miembros de la vida consagrada, de Cáritas, niños y niñas que habían recibido por primera vez la sagrada Eucaristía en la Primera Comunión. Valoró que «celebramos uno de los misterios más bellos de la fe cristiana, el Santísimo Cuerpo y Sangre de Jesucristo, el Corpus Christi, realmente presente en la Eucaristía». La Eucaristía, en la que está realmente presente Jesucristo, muerto y resucitado, dijo el obispo, «debe ser el centro de nuestra vida cristiana, el centro de nuestra familia, de nuestras vidas particulares y nuestras parroquias y comunidades». 

Indicó que la Eucaristía «es fuente y cumbre de la vida del cristiano, encontramos la fuente donde brota nuestra fuerza, nuestra alegría y nuestra paz».

Pidió el obispo que «nunca dejemos de visitar a Cristo Eucaristía, que nos espera en silencio, callado en el sagrario». La procesión con el Santísimo Sacramento, dijo el obispo de Albacete, «característica de esta fiesta del Corpus Christi y que realizamos por nuestras calles de Albacete al terminar la misa, nos recuerda que estamos llamados a salir llevando a Jesús, nunca solos porque él siempre nos acompaña. Salir con entusiasmo, llevando a Cristo a aquellos que encontramos en la vida de cada día; qué importante no ir solos y saber que él nos ama y va con nosotros. Nos convertimos así en una Iglesia con el cántaro en la mano que despierta la sed y lleva el agua. La Virgen María nos enseña a no cansarnos de amar a Jesús».