Yo creo que en Castilla-La Mancha y especialmente, en Cuenca, al artista Luis Feito le falta un reconocimiento ahora que acaba de fallecer. Algunos lo llamaron «el pintor que no tenía miedo» y es que -tal y como dice la profesora Carmen Bernáldez- el suyo es un sentido constructivo asumido desde su propia formación en los fundamentos de la mejor tradición pictórica, que le hace sentir la necesidad de dar a la composición un anclaje y un equilibrio estructural. Pero ese equilibrio no es geométrico ni recurre a formas racionalizadas, sino a configuraciones vivas, de trazos libres y expansivos que sugieren una acción pictórica gestual e inmediata. Es, sin duda, uno de los más fieles representantes de esa abstracción que revolucionó el Arte mundial a partir de aquella década de los cincuenta del siglo pasado.
Acaba de fallecer por causa del dichoso Covid-19, una pérdida más de las muchas que llevamos. Y cierto es que este pintor reconocido en el mundo del arte, aplaudido y homenajeado en muchos lugares del mundo fue culpable de una renovación artística que realizase junto a Juana Francés, Manolo Millares, Antonio Saura, Rafael Canogar y los escultores Martín Chirino y Pablo Serrano. Era, junto a Canogar, los dos únicos supervivientes del grupo influyente de ‘El Paso’, que a finales de los años cincuenta abrió la puerta al arte abstracto en el triste y atrasado panorama español de aquellos tiempos. Ahora, Canogar y Gustavo Torner son los que quedan de aquel selecto grupo que decidió apoyar a Fernando Zóbel a establecer su obra en un Museo español y que, decidieron con fortuna para nosotros, los conquenses, establecerlo en Cuenca, en nuestros emblemáticas Casa Colgadas, gracias a ese alcalde reconocido, don Rodrigo Lozano.
Por eso, aunque fuera madrileño de nacimiento, Cuenca y Castilla-La Mancha debe, por obligación moral, darle un aplauso importante, porque su obra quedó reflejada y sigue estando presente, dando realce a una impronta que todo el mundo ha podido y sigue pudiendo contemplar y valorar.
Luis Feito ha hecho que lo primitivo fuera esta forma de pintar agitada, llena de tensión, aparentemente caótica, pero que supo utilizar ciertos elementos constructivos y otros, como signos expresivos.
Y quiero hacer mías las palabras de Tomás Marco, director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, por lo que suponen al partir de una autoridad actual en el arte contemporáneo, «...perdemos a uno de los grandes artistas de esa generación que introdujo en España el informalismo y la abstracción. Era un artista de primera categoría y una bellísima persona». Según ha destacado también el director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, el grupo El Paso, al que pertenecía Feito, «fue lo más importante que se produjo en España después de la Guerra Civil» ya que llevó a nuestro país a la «escala internacional». Ahí quedó Cuenca y su «más bello pequeño museo del mundo», donde Feito aportó, sentó y creó.