Dicen que cada uno cuenta la fiesta según le va, algo aplicable a todos los campos posibles, incluido el de las preocupaciones de los ciudadanos. Cada uno tiene su particular cruz, pero luego están las generales y, esas, según los datos del último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas, las encabeza la crisis económica, seguida por el paro y los problemas políticos. 
El arranque del año no invita al optimismo para que estas tres principales preocupaciones desciendan. La crisis económica suma y sigue y el IPC, pese a ser de los más bajos de Europa, continúa en unos porcentajes bastante más elevados que los de las subidas salariales, mientras que con el paro no mejora la situación, sobre todo tras conocer ayer los datos de empleo correspondientes al mes de enero, con un considerable aumento del desempleo respecto al mes de diciembre, sobre todo en el sector Servicios.
Nos queda la tercera preocupación como esperanza de mejora, pero los problemas políticos también aumentan y el malestar con nuestra clase política creo que también cotiza al alza entre los ciudadanos, algo que debería preocuparles y ocuparles en este año electoral, pero, como diría el otro, hoy no, mañana. Nuestros políticos están más preocupados en lograr acomodo en las listas electorales de sus partidos y, una vez logrado, ya vendrán las promesas de futuro, que es lo que nos toca aguantar comicios tras comicios.
Dirán que soy pesimista, pero es que la realidad no me invita a lo contrario. Mientras tanto, acudiré a alguna de las sesiones del Festival del Circo que se celebra en la ciudad, que ahí los protagonistas actúan sin trampa ni cartón.