Óscar Dejuán

Óscar Dejuán


Benedicto XVI, Caridad en la Verdad

09/01/2023

El hombre unidimensional, de Herbert Marcuse (1964), denunció la peligrosa uniformidad del pensamiento y el comportamiento del hombre moderno. La situación ha empeorado por la politización. Todo se ha reducido a un eje político con dos direcciones: izquierda/derecha. Esta dimensión, que originariamente fue concebida para clasificar a los partidos políticos, se utiliza hoy para encasillar a jueces, científicos y… papas. 
Benedicto XVI, que nos dejó estas navidades, desmonta estos esquemas de pensameinto plano. En sus escritos y conducta enfatizó que la persona humana es multidimensional. Si alguna dimensión cabe destacar, es la trascendente. La que nos eleva sobre los demás seres vivientes y sobre nuestro propio egoísmo. Las ideologías de la «modernidad» (existencialismo y marxismo) amputaron la dimensión trascendente que daba sentido a nuestra vida. La «postmodernidad» (ideología de género) supone una rebelión contra la propia naturaleza humana. Se desmoronará como el resto de ideologías, pero en su camino dejará un reguero de desgracias. 
La contribución de Benedicto XVI a la doctrina social de la Iglesia católica queda bien reflejada en la encíclica Caritas in Veritate (2009). En los fundamentos, la verdad. La dignidad de la persona humana está inscrita en su propia naturaleza y se concreta en unos derechos fundamentales que no dependen de concesiones del poder político o modas culturales. La vida es el primero de estos derechos y sería una aberración matar a seres humanos por «fines caritativos».
La caridad (la «caridad verdadera») se manifiesta en la orientación de esos fundamentos. Una casa puede orientarse hacia el sol o la penunbra; o puede replegarse en sí misma ignorando las necesidades del prójimo. La verdad solo será tal si promueve el bien de las personas y les ayuda a solucionar sus necesidades concretas sin hacerles dependientes de nuestra ayuda.