Alejandro Ruiz

EL REPLICANTE

Alejandro Ruiz


La persuasión coercitiva

27/07/2023

Ya es una locura que la gobernabilidad de España dependa ni más ni menos que de Puigdemont. De Puigdemont, de Otegui, de Rufián, de Sumar y del PNV, en definitiva, de todo el elenco de identidades reaccionarias que aspiran, como único y último objetivo, a cargarse la Constitución de 1978. Que alguien lúcido, por favor, me explique dónde se aprecia el tan manido 'progreso' o 'progresismo' de esta opción, más bien decimonónica, a la que los medios afectos al régimen vienen denominando como 'la España plural'.
La amalgama de toda esa basura es Sánchez, y ya sabemos que Sánchez, carente de cualquier escrúpulo, es capaz de pactar con quien sea para permanecer en el poder. No esperen, por tanto, ilusos, que exista bloqueo y vayamos a repetir las elecciones. Y lo peor de todo es que, aunque Sánchez ha perdido las elecciones, lo cierto es que ha incrementado en dos el número de diputados, legitimando así, por el sagrado e incuestionable concepto de la voluntad popular, que fundamenta los pilares de la democracia, la totalidad de tropelías que ha cometido durante el tiempo que ha ocupado el Gobierno. 
Aunque la verdad solo puede ser una y los datos veraces y objetivos no pueden perder su valor por el simple hecho de que la mitad de los ciudadanos los den por buenos, los amorticen o no se hayan enterado, lo cierto es que el sanchismo es inderogable, como tampoco se puede derogar el trumpismo, el peronismo, el bolsonarismo, el chavismo, el franquismo, el nacionalismo, la pertenencia ancestral a tu partido político, a tu equipo de futbol, a tus convicciones religiosas o ideológicas y a saber montar en bicicleta. El sanchismo es ya un estado mental instalado en el hipotálamo de millones de personas, una realidad irreversible con un sustrato biológico y evolutivo que opera en el desarrollo de procesos cognitivos complejos. El sanchismo activa los circuitos de recompensa cerebral, los receptores de serotonina que permiten a sus votantes descodificar las emociones.
El sanchismo se ha revelado muy eficaz para la persuasión coercitiva mediante el control de la información en busca de un estado de dependencia existencial tendente a la activación emocional del gozo, del miedo y de la culpa. Es la denigración del pensamiento crítico, que estimula el engaño y la mentira para fomentar el conformismo, la condescendencia, la identidad del grupo y el control del lenguaje. El sanchismo puede cambiar tu forma de pensar y de sentir, puede llevarte a estados de trance que faciliten tu persuasión.
Cambia de país, de cultura y de trabajo. Vale cualquier país civilizado. Todavía estás a tiempo de alejar a tus hijos, de preocuparte y participar en el progreso de otro barrio, otra ciudad, otra nación. Olvídate del jamón, del solecito y la siesta; siempre podrás volver de vacaciones.