Faltan más de 20 meses para el 5 de noviembre de 2024, cuando se celebrarán las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Pero prácticamente toda la vida política en el país gira ya en torno a esa cita con las urnas. Unos comicios para los que existen aún muchas dudas sobre quién se presentará -solo Donald Trump y Nikki Haley han hecho públicas sus intenciones de concurrir a las primarias del Partido Republicano- y, principalmente, está la incógnita de si Joe Biden tratará de buscar la reelección o los demócratas deberán buscar un nuevo candidato.

Después de empezar el año reflexionando, se espera que los aspirantes comiencen a mostrar sus cartas. Especialmente en las filas conservadoras, puesto que en el lado liberal no se moverá ficha hasta que Biden dé a conocer sus intenciones.

A pesar de su avanzada edad -en 2022 cumplió 80 años- y sus habituales meteduras de pata, el buen resultado cosechado por los demócratas en las elecciones de medio mandato de noviembre podría ser determinante para que el inquilino de la Casa Blanca decida continuar. Eso sí, el escándalo desatado por los documentos clasificados encontrados en su domicilio -una práctica por la que también están siendo investigados Trump y el que fuera vicepresidente del magnate, Mike Pence- podría arruinar sus planes.

En cualquier caso, en el partido gubernamental no existe ningún líder que pueda erigirse en un candidato indiscutible que pueda garantizar la victoria en las urnas, por lo que la opción de Biden se antoja como el mal menor. 

En caso de no presentarse el presidente, la lista de aspirantes puede ser bastante larga, aunque ninguno despunta como favorito. La vicepresidenta, Kamala Harris, sería la sucesora lógica, aunque su popularidad ha caído en picado. Esta vez no se espera que el veterano senador Bernie Sanders entre en una eventual disputa, por lo que, en su mayoría, los candidatos a la nominación serían jóvenes promesas con cargos en el Congreso que intentarían dar el salto definitivo.

Ardua batalla

En el bando republicano se espera una ardua batalla, similar a la vivida en 2016. Nuevamente con Trump a la cabeza, que mantiene la devoción inamovible de su electorado, aunque, según las encuestas, los más moderados quieren distanciarse del exmandatario, envuelto en varios escándalos judiciales, como la del asalto al Capitolio de 2021 o, al igual que Biden, el hallazgo de material clasificado en su domicilio. A pesar de ello, y de que buena parte del fracaso conservador en las elecciones de noviembre se le atribuye a él, ha sido el primero en anunciar que vuelve a la carrera por la Casa Blanca. 

Frente a él, solo la exgobernadora Nikki Haley ha confirmado que estará en las primarias, aunque sus opciones son bajas. Principalmente, porque hay candidatos más consolidados y con una ideología similar que previsiblemente se presentarán. 

Todo apunta a que Ron DeSantis, gran ganador de los comicios de medio mandato, se postulará para hacer frente a Trump, al que, según varias encuestas, podría ganar. También podrían plantarles cara pesos pesados del partido, como Ted Cruz, Chris Christie -que ya perdieron en 2016 frente al magnate- o el propio Pence.

En caso de que la lista sea muy amplia, el exmandatario podría repetir su éxito de hace siete años, cuando aglutinó la mayor parte del voto porque los más moderados se dividieron. 

Queda poco menos de un año para que comiencen las primarias de ambos partidos.... pero todo empieza a girar alrededor de ellas.