Carlos Sainz batió a Red Bull otra vez en el Gran Premio de Australia. Lo hizo después del varapalo, antes de comenzar la temporada, de saber que la próxima campaña su asiento en Ferrari lo ocupará Lewis Hamilton (Mercedes) y tras ser operado de apendicitis y perderse la carrera de Yeda, cortando de raíz su buen inicio de campaña enBaréin. Con todas esas 'piedras' en su mochila, el español ocupó de nuevo el primer cajón del podio, un lugar reservado desde hace 26 carreras para pilotos de la escudería austríaca y que tan solo ha sido conquistado  dos veces por un corredor distinto en ese número de citas, ambas el madrileño.

Y eso ha puesto en evidencia las filias que hay en el seno de la dirección de la 'Scuderia', entre ellas su confianza incuestionable sobre un Charles Leclerc que parece que hace tiempo que dejó de ser el 'predestinado'. El futuro del monegasco no se intuye más allá de un magistral corredor, pero al que nada tiene que envidiar Sainz, denostado en el equipo italiano y desplazado para dejar el sitio caliente a Hamilton.

Aunque el de el Principado gana en lo que a puntos se refiere a su compañero de 'box' este curso, hay que tener en cuenta que el '55' está a solo siete de distancia con una carrera menos en su haber. Y eso, en el contexto de una Fórmula Uno incierta en cuanto a fichajes se refiere, ha puesto en alerta a varias escuderías.

Es el caso de la propia Red Bull, en esa especie de calma tensa que precede a cada terremoto y su réplica después de que Christian Horner consiguiera, de momento, aguantar en el cargo como 'team manager'. Fue precisamente el británico el que, tras la cita de Albert Park, deslizó un posible interés porque Carlos Sainz retorne a la que fue su casa, a la factoría de la cual salió para buscarse la vida.

«Queremos tener la mejora pareja de pilotos y, a veces, hay que mirar fuera. La carrera de Australia la ha ganado un piloto desempleado, por lo que el mercado es razonablemente fluido», aseveró Horner, dejándole la puerta a abierta de la fábrica de Milton Keynes al madrileño.

Infravalorado

Y es que esa infravaloración al español solo parece existir en el seno de las altas esferas de Ferrari. Los 'tifosi' están encantados con él, como se puede apreciar cada vez que el Gran Circo visita el circuito de Monza o el de Imola. Hasta el propio Leclerc, parte importante en esta trama, le regala los oídos a su compañero: «Creo que todo el mundo conoce el valor de Carlos en el 'paddock'. Es uno de los pilotos mejor valorados, señaló. 

La realidad es que la 'Scuderia', en el momento de la verdad, cuando su renovación parecía hecha, se dejó embaucar por un Hamilton que este año tiene como mejor resultado un séptimo puesto y Sainz, liberado de presión, quiere demostrar que en Ferrari se han equivocado.