La lluvia no frenó a los senderistas en Férez y Munera

Redacción
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El sábado fue el día de la Ruta de los Almendros en Flor, y el domingo el de la Ruta de Las Morras

Los senderistas se hacen una foto de grupo. - Foto: L.M.P.

Este sábado, día 9 de marzo, y el domingo, 10, tuvieron lugar la décimo primera y décimo segunda de las pruebas de la XI Edición de las Rutas de Senderismo 2024, que organiza la Diputación Provincial de Albacete. Una iniciativa que busca ayudar a promocionar tanto el turismo, como el deporte y la cultura que ofrecen nuestros pueblos. El sábado, en Férez, en la Sierra del Segura; y el domingo el turno fue para Munera, en Campos de Montiel.

El sábado, los senderistas conocieron la denominaba "I ruta almendro en flor", con una dificultad técnica alta, un recorrido circular, de unos 11 kilómetros de distancia, cuatro horas de duración y con salida, a las 9:30 horas, desde la Plaza del Pilar de la localidad. Férez es conocida como "la Joya serrana "se encuentra situada entre el cauce del río Segura y el canal del Taibilla.

Comenzaba la mañana con algo de llovizna y tras recoger el almuerzo cortesía del Ayuntamiento de Férez, salieron del pueblo desde la Plaza del Pilar. Comenzarían subiendo por el atajadero (antiguo cortijo abandonado), en dirección al Molino de la Mora (antiguo molino donde se molía la harina), pasando antes por el depósito del agua y muy cerca del acueducto romano.

Tomarían entonces el camino de la picapedrera para continuar por el sendero, rodeado de almendros, que les llevaría hasta Quilos y a Santa Bárbara. Tras cruzar la carretera de Elche de la Sierra, subirían por la Quebrada, hasta llegar a la Cantarería. Desde allí siguieron hasta la Plaza de la Corredera (plaza donde se torean los toros para las fiestas y una de las principales plazas del municipio) y subirían a la Plaza de la Iglesia. Aunque durante el camino la lluvia aparecía y desaparecía, al entrar de nuevo a Férez apretó un poco, por lo que aprovecharon para visitar la Iglesia Vieja del S. XVI donde se encuentra un fantástico Órgano histórico de finales del siglo XVIII, de caja neoclásica de excelente calidad.

Como la lluvia era incesante y el Ayuntamiento se sitúa al lado de la iglesia, aprovecharon este para almorzar a cubierto. Tras reponer fuerzas continuaron la marcha, aunque la lluvia también continuaba. Los principales cultivos de Férez son los almendros, zona que ya habían recorrido. Les quedaba visitar la parte de los olivos, algunos de ellos arboles majestuosos y de gran envergadura, un precioso recorrido que comenzaría mojándose y acabarían sin agua y con una temperatura muy agradable para pasear. Antes de entrar de nuevo al municipio visitarían las instalaciones de la almazara "Rafael López".

Ya el domingo, otros cincuenta participantes distintos, visitaron Munera, para recorrer la "Ruta de las Morras", con una dificultad técnica baja, un recorrido circular de 12 kilómetros de distancia, cuatro horas de duración y con salida a las 9:00 de la mañana desde la calle El Bonillo del municipio.

Les recibiría Desiderio Martínez, alcalde del municipio, y el concejal José Antonio Calvo, también diputado provincial de Hidrogeología Modernización y Tecnologías de la Información y la Comunicación, quien los acompañaría durante la ruta. El encuentro tuvo lugar frente a uno de los murales que hay con distintas representaciones por el pueblo. Arrancaron dirección al castillo, una fortaleza medieval situada en las inmediaciones de la población, sobre un pequeño cerro, en el paraje de los Casares. En su origen fue un yacimiento de la Edad de Bronce perteneciente a la Cultura de Motillas.

En la actualidad, el castillo de Munera cuenta con la condición de Bien de Interés Cultural y está siendo excavado, pudiéndose observar, tras diversas campañas, la Torre del Homenaje, el muro Barbacana o el Paseo de Ronda de la etapa medieval y el Foso, silos y diversos morteros de la Edad de Bronce.

Se desviaron a la izquierda, un poco antes de llegar a este, para cruzar por debajo de la carretera N-430 y comenzar la ruta entre campos de cultivo, almendros, olivos y algunas encinas.

Como hacía frío y las previsiones atmosféricas pronosticaban lluvia, llevaron buen ritmo, para hacer la ruta en el menor tiempo posible y poder así hacer un pequeño recorrido turístico por Munera. En primer lugar, llegaron hasta la aldea de Las Zorizas, un importante caserío con algunas típicas construcciones en piedra.

Desde este punto, girarían a la izquierda, ya de regreso de nuevo a Munera, por el valle del río Quintanar, mostrando en algunos puntos sus paredes rocosas y la vegetación típica de ribera.

La predilección de las distintas culturas por asentarse en las proximidades de los cauces de agua queda aquí patente con la presencia de varios yacimientos, como la Morra del Quintanar o la de San Telmo, pertenecientes a la "Cultura de la Morras y Motillas Manchegas". En uno de los cortados rocosos que delimitan la margen derecha se encuentra la ermita más pequeña de España, la de San Telmo, que fue excavada en la roca viva en el año 1800 (es de propiedad privada). Fue consagrada como ermita por el arzobispado de Toledo.

Formando parte del ambiente hortícola pudieron ver algunas norias, hoy ya en desuso, pero que aún conservan restos de su maquinaria. Con ánimo de poder regar la vega, en 1787 se construyeron en este tramo tres pequeñas presas, llamadas localmente "pasos". Son el Paso Blázquez, el de Hoya Pareja y el de Las Nogueras.

Entrarían de nuevo a Munera por el paraje conocido como "Los Riscos". Aunque durante la ruta la lluvia no apareció, fue a la entrada al municipio cuando lo hizo, así que, se resguardaron en el hall del auditorio, donde les esperaba un contundente y variado almuerzo, y como plato principal unas excelentes Gachas Manchegas ofrecido por el Ayuntamiento.

Desde este punto se dirigieron hasta la Molineta, museo foto-etnológico que se encuentra dentro del casco urbano de la Villa de Munera, junto al Monumento de los Agricultores. Cuenta con una galería de fotos, recogidas en las tres plantas del antiguo molino. Todas las fotos componen una muestra de los modos de vida, actividades y festividades del pasado de la Villa. Frente a este se encuentra el nuevo Centro de Visitantes que también visitaron. La impronta de Cervantes en esta villa está estrechamente unida a los capítulos XIX, XX y XXI de la segunda parte de su universal obra: los capítulos del pastor enamorado más conocidos como Las Bodas de Camacho.

En el pasaje, Don Quijote y Sancho Panza son testigos de una boda peculiar, donde el amor vence al interés de la mano de sus protagonistas: Basilio el pobre, Camacho el Rico y la Bella Quiteria. Por ello y dirigidos por las guías de la Asociación Cultural y de Turismo "TURIMAN", quienes les iban haciendo la ruta turística, vestidos con trajes de la época y como actores parte de los senderistas, hicieron una pequeña y divertida representación de las bodas de Camacho.

Divertidas rutas, aunque el tiempo no acompañara, que han hecho disfrutar a los 100 participantes de esta actividad, de las maravillas de entornos naturales que esconden nuestros municipios, gracias a la iniciativa de la Diputación Provincial de Albacete.