Antonio García

Antonio García


Charlton Heston

24/04/2023

Rosa Belmonte, anticipándose al centenario de Charlton Heston, nos recuerda en Fotogramas que el catastrófico actor estuvo en un tris de ser el jefe Brody en Tiburón. Tenemos tan incrustado en la memoria el puntiagudo rostro de Roy Scheider que nos cuesta dilucidar si el trueque hubiera sido para mejor o para peor. Hay más casos en la historia del cine, descontando –por sabidos- los muchísimos candidatos a estar en Lo que el viento se llevó: Al Pacino pudo ser Han Solo, Indiana Jones pudo tener la jeta de Tom Sellek y nunca sabremos cómo hubiera estado Marilyn Monroe, opción de Truman Capote para Desayuno con diamantes, ocupando el lugar de Audrey Hepburn. Seguro que la inteligencia artificial nos sacará de dudas, superponiendo unos rostros a otros, ahora que nos llegan canciones de Michael Jackson que nunca cantó, fotografías que nunca existieron, textos apócrifos que dan el pego. Uno de los grandes miedos de George Orwell (Opresión y resistencia, Debolsillo) era que los partidos totalitarios pudieran modificar la historia a su antojo o borrarla sin más para imponer la suya de nueva planta; en un nivel más modesto es lo que ha pretendido la memoria histórica o lo que mueve a los revisionistas del arte y la literatura a la cancelación de un pasado que nos displace. Todo ello queda en minucia comparado a los poderes de esa nueva inteligencia, el juguete con la que ya ha hemos empezado a trastear y que promete –abróchense los cinturones- un futuro movidito, como anunciaba Bette Davis, última opción en Eva al desnudo. No hay que ser catastrofistas, pero ni un Charlton Heston redivivo, experto en ellas, nos podría librar de la que se avecina.