Los 100 años del Gran Casino de Tarazona de la Mancha

Ana Martínez
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Este centro cultural y recreativo, por el que han pasado numerosas personalidades, se ha convertido en la referencia social de la localidad

El pueblo de Tarazona de la Mancha está de conmemoración. Su Gran Casino Pascasio Quílez, referente de la vida cultural, social y recreativa de los tarazoneros, cumple este año su primer siglo de vida. El Gran Casino Pascasio Quílez se abrió en 1915 fusionando dos locales que había en la Plaza Mayor de este municipio, que por entonces contaba con varios centros como el actual. Por aquella época, «la gente se reunía en los casinos para pasar un rato de tertulia y de ocio, para hablar y debatir sobre temas sociales y políticos». Lo recuerda Cayo T. González Picazo, maestro y director del colegio público Eduardo Sanchiz de Tarazona de la Mancha y vicepresidente de la Sociedad Recreativa Cultural Gran Casino Pascasio Quílez, quien ha buceado en la historia de este singular casino, razón por la cual va a impartir una conferencia el próximo sábado, día 14.

Es González Picazo quien relata que el Gran Casino de la localidad es una de las instalaciones más antiguas de Tarazona, veteranía que le ha permitido vivir numerosas vicisitudes, pero también contar con la presencia de variadas personalidades del mundo de la cultura, la literatura, la política, la filosofía...

«Siempre ha sido un referente para Tarazona de la Mancha y para todos los tarazoneros», insiste Cayo González, que no obvia la excelente localización que tiene este Gran Casino, en pleno centro del municipio, Plaza Mayor donde también se encuentra la iglesia de San Bartolomé, el Ayuntamiento y lugar de encuentro y concentraciones de los pucherichos en todas sus fechas claves.

En este primer centenario, el Gran Casino Pascasio Quílez de Tarazona no ha sido ajeno a los acontecimientos históricos que ha vivido esta provincia. Así, como sede de las Brigadas Internacionales durante la guerra civil, el Gran Casino recibió la visita de los republicanos extranjeros que se desplazaron hasta España para luchar contra Franco. Muchos de ellos se instalaron en Tarazona de la Mancha y utilizaron el Gran Casino para sus reuniones.

Denominado Centro Cultural y Gran Casino, no fue hasta 1939 cuando este seña de identidad tarazonera pasó a denominarse Gran Casino José Antonio, nombre que mantuvo hasta el fallecimiento de Pascasio Quílez, alcalde de Tarazona de la Mancha, propietario del local que acogía este centro cultural y hasta su presidente durante muchos años.

Aunque se intentó comprar en varias épocas, no fue hasta 1985 cuando los herederos de Pascasio Quílez decidieron vender el Gran Casino a los socios, que lo adquirieron por 10 millones de las antiguas pesetas.

Insignes invitados. En estos 100 años de existencia, el Gran Casino de Tarazona puede presumir de haber recibido a grandes ilustres de la cultura como Tomás Luceño, escritor madrileño que cultivó los sainetes y se casó con una puchericha. Inmemoriales se convirtieron las visitas de uno de los más famosos hijos adoptivos de Tarazona: el actor Pepe Isbert, quien solía asistir con mucha frecuencia al Gran Casino siempre que se encontraba en el pueblo. «Le gustaba mucho jugar al dominó y, además, impartía conferencias», relata Cayo González.

En la actualidad, el Gran Casino Pascasio Quílez de Tarazona de la Mancha es gestionado por una sociedad recreativa y cultural que cuenta con 430 socios -de ellos, 60 numerarios y el resto colaboradores- que abonan una cuota trimestral de 22 euros, si bien los numerarios, que son los que tienen la propiedad del Gran Casino, son los únicos que pueden traspasar por herencia esa participación y formar parte de una junta rectora, hoy presidida por Francisco Neftali Gómez y compuesta por 10 miembros entre vicepresidencia, tesorería, secretaría y vocalías.

Junta directiva o rectora que a día de hoy se encarga de elaborar las actividades recreativas, actos sociales, homenajes, conferencias y conciertos que se ofrecen en este centro sociocultural, que también brinda un servicio gratuito de prensa compuesto por siete cabeceras de diarios locales y nacionales, deportivos y revistas semanales también deportivas y taurinas. Pero por encima de todo, los juegos suponen la actividad más importante del Gran Casino: «El 90% de los usuarios juegan al dominó, el resto al ajedrez y al billar», explica el vicepresidente de la asociación gestora.

El Gran Casino Pascasio Quílez de Tarazona de la Mancha cuenta con tres plantas donde se reparten diferentes salas para realizar sus actividades culturales. En la baja se encuentra el servicio de repostería y cafetería, que es de acceso libre para todo el público. Es allí en el bajo donde también se puede disfrutar de dos televisores que emiten fútbol y corridas de toros, principalmente, mientras que las dos plantas superiores están abiertas de forma exclusiva para los socios.

La historia habla de los casinos de los pueblos como lugares de reunión de una sociedad más culta y preparada, formada mayoritariamente por profesionales que habían cursado estudios superiores y disfrutaban de una posición social más alta. Sin embargo, a día de hoy, estos casinos se han popularizado de forma que «aquí viene todo el pueblo, los niños pequeños con sus padres, porque tienen juegos y pueden ver la tele y los jóvenes generalmente para jugar al billar, además de muchos visitantes que recibe este pueblo y que se pasan a disfrutar del servicio de repostería y para ver el interior del Casino».

Con motivo de esta importante efeméride, la Sociedad Recreativa Cultural ha organizado un programa de actividades que se extenderá a lo largo de todo el año, que incluye desde conferencias a conciertos, pasando por exposiciones y diversos campeonatos.