En 1983, la prestigiosa Fundación March, junto al Ministerio de Cultura del recordado Javier Solana (por cierto, qué nivel de político), eligió Albacete para poner en marcha una acción conjunta que mantuviera en nuestra provincia una oferta cultural de calidad, intensa, continuada y permanente. Ahí nació el Cultural Albacete del que hoy celebramos 40 años. La elección de Albacete como la provincia que iba a ser objeto de esta experiencia piloto fue hecha por el Ministerio de Cultura y la Fundación Juan March ateniéndose a criterios objetivos de tipo sociológico, geográfico, económico, demográfico y de equipamiento cultural. El Programa, en el que entonces estaban representados el citado Ministerio de Cultura, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, la Diputación Provincial de Albacete, el Ayuntamiento de la capital y la siempre recordada Caja de Ahorros de Albacete -que hizo una encomiable labor cultural hasta que se la cargaron- y la Fundación Juan March, inició su andadura en el curso 83-84, con la presentación en el Museo de Albacete de la exposición de 222 grabados de Goya. Como signo distintivo que identificara fácilmente el Programa se eligió uno de los conjuntos monumentales más característicos de Albacete: las Torres de El Tardón y de La Trinidad, ubicadas en Alcaraz. A partir de esta imagen, el pintor Jordi Teixidor realizó el diseño de un logotipo donde la silueta de las dos torres aparece sustentada por la leyenda Cultural Albacete. La finalidad última de este Programa, en principio de dos cursos (1983-1985), se cifró en dejar funcionando en la provincia de Albacete, con sede en la capital, pero al servicio de toda la comunidad provincial, una maquinaria de acción cultural susceptible de funcionamiento autónomo como es hoy Cultural Albacete. Gracias a Amithe, que la solicitó, la Diputación, entonces presidida por Pedro Antonio Ruiz, concedió en 2010 la medalla de oro de Albacete a la Fundación March. Y su actual director, el excelente y amigo Javier Gomá, vino a recogerla al Convento de la Asunción. Albacete, que es tremendamente agradecida con quien la quiere, entregó su más alto reconocimiento a la Fundación March. Gracias a su siembra, brotó este Cultural Albacete que, tras 40 años, es un referente nacional.