Francisco J. Martínez

CARTA DEL DIRECTOR

Francisco J. Martínez


Sastre busca sucesor

10/09/2023

Ahora que andamos metidos en Feria, todas las tardes relucen al sol los vestidos de torear en La Chata. Son verdaderas obras de arte, confeccionadas en unos pocos talleres por manos abnegadas que no saben de días, sólo de fechas de corridas para entregar los vestidos, y al frente de estos talleres sastres de los de antes, de los que aprendieron el oficio de sus maestros que les antecedieron, cuando no existía globalización y cada prenda de vestir era única, por su confección a mano. Uno de esos sastres, de los últimos que quedan, es el albacetense de Villapalacios Justo Algaba, quien se convirtió en santo y seña de su profesión, de la que, después de décadas, sigue obsesionado y que pelea contra sí mismo por realizar el vestido de torear perfecto... ése que no existe.
Algaba, de palabra fácil y amena, presentó su libro en el Museo de la Cuchillería y relevó que no tiene sucesor al que trasmitir toda su sapiencia con las telas, los hilos, las lentejuelas, las agujas y las tijeras y «eso que lo estoy deseando...», afirmó a los asistentes. El sastre de los toreros, asentado como una referencia en Madrid, vive en sus propias carnes una de las lacras peores de la sociedad: la falta de inquietudes de la juventud. Los jóvenes prefieren ser funcionarios o youtubers, que es peor, antes que aprender un oficio, en el que la paciencia, el sacrificio y el esfuerzo son santo y seña. La tarea es ardua para el sastre de Villapalacios y ojalá tenga suerte para encontrar a un sucesor, porque de lo contrario, cuando él no esté, se perderá parte de la cultura que trae consigo la tauromaquia a este mundo tan alocado del siglo XXI, donde está más valorado un producto hecho en cadena en China que uno creado en un taller artesano. Una verdadera sinrazón.