«La danza es un lenguaje maravilloso»

Antonio Díaz
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El montaje Entre hilos y huesos, una coproducción de la compañía DDCdanza y los Teatros del Canal llega mañana, a las 22 horas, a la Caseta de los Jardinillos. Su dirección, Daniel Doña, comentó las singularidades de este espectáculo

Daniel Doña. - Foto: Marcos gpunto

El montaje Entre hilos y huesos, una coproducción de la compañía DDCdanza y los Teatros del Canal llega mañana, a las 22 horas, a la Caseta de los Jardinillos. Su dirección, Daniel Doña, comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de este espectáculo, en la que Doña agita la memoria democrática y canta también a la libertad. 

¿Estamos ante uno de sus trabajos más ambiciosos?

Estamos ante el trabajo que tiene una estructura más grande. Somos 18 personas en gira y, en la actualidad, mover un trabajo así implica sus riesgos, porque en este momento la cultura demanda proyectos más pequeños. Lo que sí tengo muy claro es que Entre hilos y huesos es mi trabajo más comprometido, que aborda temas de actualidad, porque la cultura y en particular la danza, tienen que confrontarlos también y se tienen que llevar al teatro. 

¿Temas de actualidad como el feminismo, por ejemplo?

Aborda el feminismo y  la memoria histórica. Somos muy conscientes que la democracia no se puede construir a través del olvido, entonces tampoco podemos dejar en la actualidad en los trabajos, la necesaria perspectiva de género, el papel que la mujer ha tenido a lo largo de la historia, porque incluso, cuando el país estaba en guerra, fueron las mujeres las que estuvieron levantándolo porque sus maridos, padres, hermanos, primos, estaban en la guerra y eran las mujeres las que se encargaban de sustentar a las familias. Con lo cual, han sido mujeres fuertes, valientes, que en un momento determinado se las relegó al olvido y creo que es el momento de hacerles un homenaje, también a todas las muertes injustas, que están atravesadas por una guerra civil y una dictadura. En la actualidad hay que luchar todavía para encontrar paz en muchas familias, porque no todo el mundo puede ir a dejar unas flores a un ser querido, todavía existen muchos muertos enterrados en cualquier lugar. 

¿Esos huesos que están olvidados?

Esos huesos que están enterrados y olvidados, por eso digo que no se puede construir la democracia a través del olvido. Nosotros hacemos un viaje a través de la punta de ese iceberg, que son esos personajes que todo el mundo conoce a través de su obra, como Miguel Hernández o Federico García Lorca y utilizamos estos dos nombres, auténticamente reconocibles con obras maravillosas, con una gran sensibilidad artística, pero son el reflejo de esa base del iceberg, de esos personajes anónimos que por unos ideales, terminaron fusilados o sus cuerpos enterrados y olvidados.  

¿Cómo se lleva ese programa a danza, a espectáculo? 

No ha sido un trabajo fácil, hemos hecho un trabajo de investigación y de recopilación histórica muy minucioso Jordi Vilaseca y yo, que somos los dos directores de escena del trabajo, una investigación arqueológica en torno a nuestra historia más reciente y no era fácil abordar estos temas, sobre todo con un elenco que es intergeneracional, porque también hay gente muy joven en ese elenco que han tenido que hacer con nosotros ese viaje y sensibilizarse con la temática, descubrirla y llevarla al movimiento. La danza es un lenguaje expresivo maravilloso que nos da claves de lectura muy claras para poder entender una historia, pero Entre hilos y huesos tiene también una simbología escenográfica y de atrezo, una iluminación y una partitura con mucha simbología que al espectador le ayuda a entender este viaje que hacemos, que parte de la Segunda República, hace el recorrido por la guerra, la dictadura y el espectáculo termina con la democracia, con esa libertad que vivimos a partir de los 80. 

¿Danza española, contemporánea?

Hay un poco de todo, tanto los compositores como compositoras, vienen de distintos géneros, de la música contemporánea, del jazz, del blues, flamenco y también existen distintas especialidades en el elenco de bailarines. Unos venimos de la danza española, otros somos más híbridos, danza española y flamenco, otros de la danza contemporánea. El espectador que quiera ver algo de flamenco, danza  española, lo va a encontrar en Entre hilos y huesos, también el que está más acostumbrado a la danza contemporánea o más abierta, también lo encontrará. Aunque no me gusta definir, porque la danza que se ve es muy sincrética, muy plural, realmente lo que resumiría es la palabra danza, que ya lo engloba todo. 

También estuvo usted hace años parte del Ballet Nacional, ¿eso forma parte de la personalidad?

Estuve hace 26 años y en realidad, mi carrera está fuera de esos códigos y he ido transitando otros caminos, en las fronteras, donde me siento cómodo. He estudiado contemporánea y me gusta que las fronteras se desdibujen y esta amalgama de géneros ha ido construyendo lo que soy. Mi danza es muy sincrética porque bebe de todas esas fuentes y qué duda cabe que en mi cuerpo, en mis vísceras, seguramente habrá algo de lo que allí aprendí, pero mi danza actual está más impregnada de otros nombres. 

Hasta llegar a Japón. 

Claro, ahora vuelvo. Estuve hace 27 años en Parque España, que recibe dos millones de visitantes anuales, es la expresión cultural con temática española más importante del país. Allí fui  muy jovencito, con 18 y 19 años.    Ahora, la dirección del parque ha decidido que sea yo quien recoja las riendas del anterior coreógrafo, José Barrios, y a partir de ahora empieza una etapa nueva como director artístico y coreógrafo de Parque España, una tarea ilusionante y emocionante.