Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Princesa de Asturias

01/11/2022

Cumple 17 años y ya le están adjudicando novios, algunas crónicas adelantan planes de estudios que aún no se han empezado a preparar, hacen cábalas sobre su futuro y si llegará a ser reina, y analizan hasta la extenuación cada prenda de ropa y cómo se peina.

Una princesa tiene infinidad de privilegios, más que cualquier otra joven de su edad, pero también sus obligaciones son mayores que las de cualquier joven de su edad, con el ingrediente añadido de que su vida está permanentemente expuesta. Muy pocos momentos son verdaderamente suyos y solo suyos, por mucho que sus padres intenten que lleve la misma vida que sus compañeros de colegio y amigos. Algo tan simple como callejear sin escoltas, comprar sin que nadie la fotografíe, o perderse un fin de semana es impensable. Empezando porque nunca está sola, siempre hay quien guarda sus espaldas y sigue sus pasos.

Este pasado domingo ha sido ejemplo de la falta de privacidad de la Princesa Leonor y su hermana la infanta Sofía. Gastroenteritis, toda España se ha enterado de que tenían gastroenteritis, enfermedad no grave pero que deja a cualquiera fuera de juego. La princesa se empeñó en seguir su programa en Asturias, aunque tuvo que hacer una parada en el camino y en un momento determinado se retiró para regresar al hotel a Oviedo, no podía continuar. Lo dicho, vida de privilegios que a veces no son un consuelo cuando se desea la misma intimidad que el resto de los mortales.

Este año finaliza su bachillerato en un colegio internacional en Gales, donde conviven alumnos de distinta procedencia, nivel económico, raza y religión; becarios y multimillonarios que comparten aulas, comedores y dormitorios. Cuentan quienes han estado con doña Leonor que ha crecido años en madurez en estos meses de internado, que se la ve segura de sí misma, que acepta sus responsabilidades de una manera distinta a como lo hacía cuando se fue. Que sabe que vive en una España donde un partido que gobierna exige la abolición de la monarquía, no tiene por delante una trayectoria fácil y tendrá que cargarse de paciencia, como su padre, para mantener el prestigio de la Corona. Como sabe que por encima de lo que le apetezca o le guste, está el cumplimiento de la Constitución. Al pie de la letra y sin buscar atajos ni excusas. Y sabe también que, al igual que ocurrió con su padre, será la Casa Real la que elaborará su plan de estudios como considere más adecuado. Que contará con formación militar y que ese plan debe ser aprobado por el gobierno. Tendrá voz en ese proyecto, será escuchada por sus padres, pero no tendrá la última palabra.

Es una joven madura, con una formación excepcional, educada para ser reina. Una joven a la que se ve feliz, pero a pesar de que pocas cosas quedan fuera de su alcance, su libertad es limitada.