El legado de Arturo Cortés, médico y político

T.R
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El doctor Julio Virseda ofreció ayer una conferencia, dentro del ciclo de Aluex, para profundizar sobre la figura del ilustre facultativo, que fue el primer gobernador civil de la democracia republicana

El doctor y político Arturo Cortés. - Foto: J.V.

A pesar de que el doctor Arturo Cortés Ortiz no nació en Albacete, fue una figura de peso en la ciudad, tanto en la faceta como médico, especializado en Obstetricia y Ginecología, como en la política, como dirigente republicano y liberal que se convirtió en el primer gobernador civil de la democracia republicana hasta 1933. Precisamente sus ideas políticas le llevaron a tener que exiliarse en el año 1939 a México. Su legado no obstante perduró porque en la casa sanatorio donde pasaba consulta y vivía hoy está el Gobierno Militar, junto al parque Abelardo Sánchez, y también en la clínica del Rosario, que era donde creó el sanatorio de ingresos y hospitalización. Fue en la etapa de Gobierno municipal de Manuel Pérez Castell, cuando se decidió poner el nombre de tan ilustre médico a una de las nuevas calles del barrio de Medicina, que entonces veía la luz, a instancias precisamente del doctor Julio Virseda, especialista en Urología, y ex jefe del Servicio de esta especialidad en el Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, además de exprofesor asociado de la Facultad de Medicina de la UCLM, que ayer sacó del anonimato y rescató del olvido al doctor Cortés Ortiz, a través de una conferencia del curso 2019-2020 de Aluex, que ofreció en el salón de actos de la Diputación Provincial de Albacete.

El doctor Virseda recordó que el doctor Arturo Cortés Ortiz, que falleció en 1955 en México, estudió la carrera de Medicina en Madrid, en la antigua Facultad de Medicina del Hospital Clínico de San Carlos, donde se especializó en Ginecología y Obstetricia de la mano de ilustres ginecólogos de la época, siendo destacado por aquel entonces en su faceta como cirujano. 

Llegó a Albacete en 1914 aunando varias cualidades:«por una parte ser un médico prestigioso de una gran actividad profesional, y por otra, incorporarse rápidamente a los círculos republicanos de Albacete, representados por Manuel Alcázar, González Zamorano, Saturnino López, instigador éste último de la traída de las aguas a la ciudad».

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