El Ayuntamiento de Tarazona de La Mancha publicaba esta semana en el Boletín Oficial de la Provincia la ordenanza que regula el uso, las dimensiones y el mantenimiento de una de las redes de transportes y comunicaciones más usadas y menos conocidas de nuestro país: los caminos rurales.

Históricamente, los caminos rurales más conocidos son las vías pecuarias, como las antiguas cañadas de la Mesta, por los que se hacía la trashumancia de los grandes rebaños de ovino de la Edad Media. Pero en cada municipio español hay una intrincada red de caminos de dimensiones y usos muy variados, cuyo mantenimiento y regulación pertenece a los Ayuntamientos.

La ordenanza de Tarazona incluye caminos de concentración, los caminos de servidumbre y los caminos reales. Estos últimos son los antepasados más directos de la red de carreteras nacionales; su historia se remonta a mediados del siglo XVIII, cuando los primeros Borbones quisieron crear la primera red de comunicaciones estatal que hubo en España desde la época del Imperio Romano y sus calzadas.

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