El Albacete Balompié logra un punto en Huesca

Joaquín Manzano (ADG)
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0
S.D. Huesca
0
Albacete Balompié
Finalizado
La necesidad de los dos equipos por sumar algún punto hizo que fuera un partido trabado y con pocas ocasiones de gol por parte de los jugadores manchegos

El delantero Manu Fuster estuvo activo, pero no pudo materializar ninguna ocasión. / - Foto: Marcos Serrate (ADG)

El Albacete continúa estando muy necesitado de victorias tras no pasar del empate sin goles en un duelo marcado por el excesivo respeto mostrado entre sí por ambos equipos. Los pupilos de Rubén Albés, que ya encadenan cuatro jornadas consecutivas sin conocer el triunfo, aunque a su vez cortan una racha de tres derrotas seguidas, no encontraron caminos limpios para asaltar El Alcoraz. 

A pesar de las dinámicas negativas que venían arrastrando ambos contendientes, el miedo no se instaló en los cuerpos de los 22 jugadores ni en los planteamientos de sus respectivos entrenadores. El Albacete respondía a la presión alta inicial del Huesca con la misma cara de la moneda. Lo que sí se olía en el ambiente era el respeto mutuo mantenido a la hora de construir jugadas con el esférico. Ninguno tomaba riesgos en la salida de balón. Juego directo o salida intermedia para inmediatamente buscar con un pase largo asentarse en el campo contrario. Sin generar ocasiones, gracias a una destacada defensa del área propia por parte de los pupilos de Albés, el conjunto oscense se sentía más cómodo en ese contexto de partido. Ganaba duelos, segundas jugadas y poco a poco embotellaba al cuadro albacetense.

En una dinámica alternativa de constantes pérdidas y recuperaciones en ambas direcciones, tuvieron que pasar 15 minutos para que el Albacete amenazase por primera vez la portería local. Olaetxea ganó altura en el campo con la sana intención de que sus compañeros más desequilibrantes a nivel ofensivo pudiesen recibir lo más cerca posible de la meta. Un pase interior del mediocentro encontró entre líneas a Escriche, conocedor de los secretos del rival y de El Alcoraz, quien se giró y, tras superar en la conducción a Jorge Pulido con una facilidad pasmosa, sacó un zurdazo que no se fue muy lejos del palo izquierdo.

confianza. Olaetxea y Escriche no generaron el primer gol de la tarde, pero sí la confianza necesaria para seguir abordando con la pelota esos espacios interiores ante un Huesca que se siente más cómodo obligando a embarrar los costados. Caminos interiores por los que Manu Fuster se mueve como pez en el agua. El 10 del conjunto manchego, hasta ese momento mirando más hacia atrás y hacia las nubes, pudo mirar por primera vez hacia adelante al recibir perfilado en el cuadrado mágico del costado izquierdo. Sin embargo, en el disparo a puerta no insufló la agresividad con la que previamente había controlado y conducido el balón en los primeros metros.

Asentado en un reconocible 5-4-1, con Olaetxea incrustado entre los centrales, el Albacete no sufría en exceso en la parcela ofensiva. Bolívar le ganó la espalda a Djetei, pero Antonio Cristian estuvo muy atento en la cobertura para molestar lo suficiente el disparo del delantero venezolano. Además, Escriche contagió una actitud de solidaridad defensiva en sus compañeros con la que los pupilos de Albés empezaron a cortar los contragolpes locales en los primeros metros. El atacante burrianense atajaba las ilusiones locales e iniciaba las de su equipo. Acompañando el contragolpe hilado por el pequeño delantero y llegando desde atrás, Carlos Isaac disparó con suma potencia a la altura del pico izquierdo del área del cuadro oscense, encontrándose finalmente con las firmes manoplas de Álvaro Fernández.

Durante el último tramo de la primera parte, el Huesca consiguió equilibrar el devenir del juego mediante principalmente dos fórmulas ofensivas. Por un lado, la de atraer en la salida de balón y asaltar los espacios existentes a las espaldas de los defensores del Alba. Blasco avistó la carrera de Gerard Valentín quien, con distintas opciones a elegir tras dejar atrás a Jonathan Silva, dio un pase atrás que Javi Martínez acabó enviando por encima de la portería de Bernabé. Y por otra parte, el juego exterior en su mayor pureza. Balón a banda, centro rápido y buscar el remate o ganar la segunda jugada. Gerard Valentín hizo esto último dentro del área, aunque su disparo tras el control se marchó excesivamente cruzado.

carrusel. Posiblemente motivado por regresar a una de sus antiguas casas, e inmerso en un partido marcado por el carrusel de emociones vividas principalmente alternando entre la tímida valentía y el excesivo respeto, Escriche fue uno de los jugadores más entusiastas del Albacete. El delantero castellonense envió un centro tocado desde la banda derecha que obligó a Higinio a darle mucha fuerza a su cabezazo. Colocado y fuerte, su remate casi sorprendió a Álvaro Fernández. Los pupilos Albés preferían vivir antes que sobrevivir. Como con un disparo muy centrado de Riki tras previamente haber leído adecuadamente el pase atrás de Carlos Isaac y el arrastre de los defensores locales hacia la portería por parte de Higinio y Escriche.

El Albacete seguía echando mucho de menos el talento en los últimos metros y los exquisitos pies de algunos de sus jugadores, entre ellos Riki. Tuvo que ser a la salida de una jugada a balón parado cuando el jugador ovetense pudo coser un pase marca de la casa que dejó a Jonathan Silva con todo a favor para marcar. Sin embargo, entre que recibió en el costado contrario y tuvo que tirar con su pierna menos dominante, la diestra, el lateral zurdo no fue capaz de orientar su disparo desde dentro del área hacia la dirección soñada.

La victoria es el prólogo de la derrota y el excesivo respeto la perfecta excusa para firmar con sangre un 0-0. El tramo final del choque estuvo marcado por dos equipos que priorizaron el no perder lo construido antes que arriesgar para alcanzar el premio gordo. Los errores no serían forzados y solo podrían ser encontrados de manera sorpresiva. El destino señalaba un espeso empate a nada que finalmente se cumplió para dejar un sabor agridulce en un Albacete que no consigue despegar.