Albacete tiene a las 14 horas la mayor participación electoral

Teresa Roldán
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La provincia albacetense fue también la más madrugadora de la región a la hora de la constitución de las mesas electorales

Varias personas en cabinas de votación preparan sus papeletas. - Foto: Arturo Pérez

La jornada electoral del 28-M donde se decidían en la urnas las alcaldías de la capital y los 87 municipios y entidades menor de Aguas Nuevas y la Presidencia del Gobierno regional y composición de las Cortes Regionales, se desarrolla hasta el momento sin incidentes graves, aunque con algunas anécdotas curiosas.

Más de 309.000 electores estaban llamados a las urnas en esta provincia, de ellos unos 15.000 jóvenes que podían hacerlo por primera vez una vez cumplida la mayoría de edad.

Según informó el subdelegado del Gobierno de España en Albacete, Miguel Juan Espinosa, la provincia de Albacete ha sido la más madrugadora a la hora de constituir las mesas electorales. Por municipios el más precoz en este proceso fue Villalgordo del Júcar, que a las 8:01 horas ya había comunicado a la central de recogida y procesamiento de datos que todas sus mesas estaban constituidas.

También la provincia albacetense era al mediodía, a las 14 horas, la que alcanzaba el dato más alto de participación de toda la comunidad autónoma, que en ese momento se situaba en el 41,28%, cuando hace cuatro años, para las municipales y autonómicas de 2019, era del 36,60%, lo que significa que hasta esa hora habían votado 123.030 albacetenses frente a 111.349 que lo hicieron en esa misma franja en 2019.

Espinosa comentó las incidencia que le habían comunicado, la de mayor importancia, el ataque epiléptico que sufrió un elector cuando se disponía a ejercer su derecho al voto en el colegio electoral de la calle Lepanto, en la capital; también el altercado protagonizado por una persona en silla de ruedas que exigía que le sacaran la urna a la calle para votar, "cuando a día de hoy todos los colegios son accesibles para las personas con movilidad reducida"; también curiosa fue la coincidencia de un ciudadano que al ir a votar descubría que su nombre y apellidos coincidían con las de otra persona fallecida, problema que rápidamente ha sido subsanado con un certificado censal, lo que le ha permitido ejercer su derecho al voto; y algún que otro despistado que al haber cambiado de domicilio no le correspondía votar donde lo hizo hace cuatro años y que exigía obtener un certificado censal para ello, que se le ha denegado al no ser un error de la administración sino del propio votante que no se ha preocupado en subsanarlo antes de las votaciones.