López-Galiacho salió en hombros con su 'Vergüenza torera'

Emilio Martínez
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Brillante conferencia de cómo el léxico taurino pervive en el uso del idioma español moderno

Javier López-Galiacho, durante su intervención. - Foto: Emilio Martínez Espada

Una magnífica actuación de dos orejas y su correspondiente salida a hombros, virtual, claro, la de Javier López-Galiacho -colaborador con su columna de opinión semanal en La Tribuna de Albacete- en la tarde del pasado lunes en la sede del Centro Riojano de Madrid, situada no muy lejos de la plaza de Las Ventas. Bajo el taurinísimo título deVergüenza torera, el polifacético paisano repasó múltiples ejemplos de palabras y frases salidas de la Fiesta y que han trascendido tanto al lenguaje habitual del español «que hasta las utilizan, posiblemente sin saber su origen, los antitaurinos», cual comentó con guasa el albaceteño al inicio de su brillante intervención. 

Al término de la misma, aparte de una cerradísima ovación de un público que colgó el cartel de no hay billetes en el amplio salón de actos de la entidad, desde los tendidos virtuales afloraron varios pañuelos que sí eran reales como apoyo también a los taurinos gritos de Bravo y Puerta Grande que se escucharon. Todo en medio de sonrisas generalizadas de la gente, del propio conferenciante, de su presentador Fernando Gomá -vicepresidente de la Fundación de Toro de Lidia- y de presidente del coso virtual y máximo mandatario del Centro, José Antonio Rupérez. 

El alto nivel de todo lo acontecido, tras unas breves palabras de Rupérez, comenzó con la presentación del albacetense, sobre el que realizó un rápido repaso «por las múltiples actividades de Javier incluyendo la relacionada con los toros», y del que Gomá dijo que entre los múltiples hashtag que se le podrían poner y definir se quedaba con uno: #bonhomía. Finalizó destacando el adecuado título de la conferencia, «tan atrayente y chispeante, que es como también se llama al traje de luces». 

Y llegó el ansiado turno de Galiacho, quien agradeció al «alguacilillo excelso elocuente y retórico» sus palabras hacia su persona, y con sentido del humor confió en que no ocurra lo que en tantos festejos taurinos por aquello de corrida de expectación, corrida de decepción. De inmediato, con su habitual dominio del lenguaje y del escenario realizó una especie de introducción a su ponencia, confesando que a las palabras y frases que ya conocía él, ha añadido muchas otras a lo largo de más de tres años de apuntarlas cuando se utilizaban en asuntos ajenos a los toros. 

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