El poeta Eloy Sánchez Rosillo presentó 'El sueño cumplido'

Antonio Díaz
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El poeta Eloy Sánchez Rosillo presentó su último libro 'El sueño cumplido'

Eloy Sánchez Rosillo junto a Arturo Tendero (derecha). - Foto: Arturo Pérez

El ciclo Poesía viva se abrió con la presentación de la antología de poetas albaceteños: Con la cabeza clara y guerreando, de Arturo Tendero. Este ciclo, que se desarrolla los lunes en el Teatro Circo, cuenta también con la participación de destacados autores.  Tras el paréntesis del 1 de mayo, las lecturas se reanudaron con la presencia de Eloy Sánchez Rosillo. 

Pocos autores tienen un estilo tan reconocible como Eloy Sánchez Rosillo, que se dio a conocer en 1977 ganando el premio Adonáis, con Maneras de estar solo.  Además, el escritor llegó a Albacete, tierra con la que tiene muchos vínculos, con un libro recién editado.

Reunió su poesía completa, hasta 2017, en Las cosas como fueron y posteriormente, en 2020 apareció un libro nuevo, La rama verde. En este sentido el poeta apuntó que «efectivamente, la poesía que escribí entre 1974 y 2017 apareció en  Las cosas como fueron y después de eso, porque la vida sigue, publiqué La rama verde, aunque precisamente, en época de pandemia, escribí el libro que ahora acaba de salir, El sueño cumplido».

Este libro, El sueño cumplido, explicó, «no es un libro de poesía, sino un libro sobre la poesía, es decir, reúne algunos escritos que he ido haciendo, en distintos momentos, sobre poesía. También es una antología de mis poemas sobre la poesía, a lo que llaman poesía metapoética, aunque no me gusta mucho esa palabra,  es como hablar de la poesía dentro del poema. Por último, también se recogen en la obra una serie de entrevistas que me han ido haciendo a lo largo de los últimos 20 años, que están también centradas en la poesía y todo ello   reúne una especie de poética propia;todos esos textos dispersos, al   estar juntos, adquieren otro significado. Son como las partes distintas  de un organismo que, de pronto, se juntan en esas páginas y adquieren una nueva dimensión». 

Experiencia. No habló el autor en este caso de ensayo, «porque al escribir sobre la poesía, no tengo ninguna aspiración intelectual, como estos ensayos que se escriben sobre algo tan sencillo y transparente como la poesía. Entonces, lo que he procurado en este libro, que recoge escritos de distintos momentos, es hablar sencillamente de lo que ha ocupado mi vida, la poesía, decir mi experiencia de la poesía, que realmente es maravillosa».

Por supuesto continúa con su producción poética y ya trabaja en su duodécima obra, «que no tiene título y calculo que aún tardará un par de años en completarse y en eso estoy, porque el trabajo de la poesía, si uno tiene suerte y la poesía no te abandona, es para siempre, es un trabajo gustoso además, la expresión de lo que es uno mismo».

Desde luego, la poesía no ha abandonado nunca a Eloy Sánchez Rosillo que ya en 1977 granó el Adonáis, aunque asegura que «el gran premio de un poeta es, de pronto, encontrarse con esa vocación, eso sí que es un gran premio, que de pronto te cambia la vida y no tienes ya de qué preocuparte. La vocación te arrastra, ese es el verdadero premio, aunque a nadie le amarga un dulce y un premio, cuando eres muy joven, puede ser un estímulo importante, como a mí me sucedió, porque te hace poeta, ante ti mismo y ante los ojos de los demás, sobre todo, ante ti mismo». Su tono poético ha sido definido como luminoso, sereno y desde luego, apuntó, «eso quisiera yo porque la poesía debe aspirar a eso y las voces alzadas, en poseía, son siempre negativas, hay que aspirar a la serenidad, a decir las cosas con sencillez, de la manera más hermosa posible que, casi siempre coincide con la más sencilla, sin excesivas retóricas. La poesía llega al corazón cuando es directa, cuando no está recargada». El tono elegiaco en su poesía cambió, «aunque no en todos los poetas es así, pero sí es más frecuente de lo que parece y eso tono elegiaco después varía y se hace más celebratorio». Con la vida, «lo único que puede hacer uno es cantarla o celebrarla, en el caso de ser poeta».