El Código Ictus se activó en la provincia en 410 casos en 2022

Teresa Roldán
-

Los neurólogos neurointervencionistas del Hospital reclaman la puesta en marcha de la telemedicina para agilizar la toma de decisiones y el traslado de pacientes

Facultativos de la Unidad de Neurointervencionismo preparan la sala para hacer un procedimiento. - Foto: Rubén Serrallé

El 29 de octubre se conmemora el Día Mundial del Ictus. En España el ictus supone la primera causa de mortalidad en mujeres y la segunda en hombres, según datos del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovascular de la Sociedad Española de Neurología, así como la primera causa de discapacidad adquirida en los adultos y la segunda causa de demencia. Un ictus es un trastorno brusco en la circulación sanguínea del cerebro que puede ser producido por obstrucción, en el 85% de los casos, lo que se conoce como ictus isquémico, o por hemorragia, que ocurre en un 15%. Sólo en España, según datos de la SEN, unas 110.000 personas sufren un ictus cada año. Al menos un 15% fallecen y, entre los supervivientes, un 30% queda en situación de dependencia funcional. 

Aunque anualmente son en torno a un millar los ictus que se producen en la provincia de Albacete y llegan a los servicios de Urgencias del Hospital General, vía activación del Código Ictus el año pasado fueron atendidos por los neurólogos albacetenses 410 pacientes con sospecha de sufrir un posible accidente cerebrovascular, el 41% de ellos, eran mujeres. Gracias a este protocolo de actuación rápida, según informó el neurólogo coordinador de la Unidad de Ictus de la GAI de Albacete, el doctor Óscar Ayo, las pruebas diagnósticas y los tratamientos eficaces de recanalización se hacen lo más rápido posible, ya que esta patología es tiempo dependiente: cuanto antes se trata, más probabilidades de recuperarse sin secuelas tiene el paciente afectado.

Tras una primera atención fueron finalmente 358 los pacientes con ictus de los que 117 recibieron trombólisis intravenosa (28%) y 114 trombectomía mecánica. En total 191 pacientes recibieron uno o los dos tratamientos (47%), lo cual es un porcentaje altísimo de pacientes que lo reciben, muy por encima de los valores recomendados por las sociedades científicas como mínimo de calidad asistencial (Sociedad Española de Neurología y European Stroke Organisation). «Esto se debe a la rapidez en la detección, transporte de los pacientes y posteriormente manejo dentro del Servicio de Urgencias, gracias a lo que los pacientes están dentro de los límites de tiempo para que se beneficien de estos tratamientos».

Durante el primer semestre de este año, entre enero y junio, se han activado 214 Códigos Ictus, y todo apunta que la cifra con la que se cerrará el año superará las 440 activaciones de este protocolo de actuación rápida. De ellos, se han beneficiado de los tratamientos de recanalización un 40% de los enfermos, con unos tiempos de respuesta a nivel hospitalario, como afirma el también neurólogo y responsable de la Unidad de Neurointervencionismo, el doctor Francisco Hernández, «con poco margen de mejora en estos momentos», aunque sí se reducirían si se mejora la coordinación intrahospitalaria. Para ello, sería de gran ayuda para optimizar la gestión de los casos y actuar todavía de forma más rápida contar con teleictus, es decir, contar con la telemedicina aplicada a esta patología, ya que es Castilla-La Mancha de las pocas comunidades del país que no dispone de esta tecnología, y una ventaja notable para una región dispersa como la nuestra, ya que permite que el neurólogo esté donde esté el paciente pueda ser valorado por este especialista, «agilizando la toma de decisiones y el traslado del paciente al hospital más adecuado en función de su gravedad».

No obstante, la cifra de los pacientes en los que no se activa Código Ictus , ya que llegan más tarde del tiempo en el que se benefician de los tratamientos de recanalización, pero que precisaron atención especializada fue de 550.

Gracias a  la aplicación de estos procedimientos de recanalización, según el doctor Óscar Ayo, una enfermedad que clásicamente presentaba una repercusión tan grave en forma de secuelas o la muerte en otros muchos se ha conseguido que el pronóstico sea mucho mejor. En concreto, a los tres meses, el 56% no presentan ninguna discapacidad y pueden incorporarse a todas sus actividades previas como si no hubieran padecido un ictus. El 71% no presentaban discapacidad o bien las escuelas que le dejó el ictus les permitía al menos manejarse de forma autónoma para sus actividades básicas cotidianas (vestido, aseo, deambulación). Por lo que la buena noticia es que menos de un 10% de los pacientes que en 2022 sufrieron un accidente cerebrovascular murieron a los tres meses de sufrir el episodio.

Confirma estos datos el doctor Francisco Hernández, que aseguró que este año se han incrementado los pacientes a los que se les ha practicado una trombectomía mecánica para solucionar el trombo tras sufrir un ictus isquémico, con 110 procedimientos en lo que llevamos de año, así como otros 40 por procesos hemorrágicos (fundamentalmente malformaciones y aneurismas). Lo previsible es que este año se cierre el año con 140 procedimientos neurointervencionistas por ictus.

Aunque el perfil del paciente que sufre un ictus grave y que precisa de estas técnicas es variado, pero sorprende el dato de que el 25% de los pacientes tratados en el Hospital General de Albacete sean menores de 65 años.

(Más información en la edición impresa y en la APP de La Tribuna de Albacete: (https://latribunadealbacete.promecal.es))