El presidente del Consejo de Seguridad Nuclear, Juan Carlos Letijo, no se quiso pronunciar sobre la «decisión política» que recoge el VII plan de gestión de residuos nucleares, que prioriza la gestión del combustible gastado en almacenes individualizados en cada una de las siete centrales activas del país (ATIs), frente a la propuesta de un gran almacén temporal centralizado (ATC), previsto para la localidad de Villar de Cañas. Lentijo defendió la neutralidad del organismo que preside, aunque admitió que en lo que se refiere a la estricta seguridad, ambas fórmulas son viables en nuestro país, como lo son en otros en Europa o Estados Unidos, que manejan ambas fórmulas. Sí manifestó que existen otros factores como la «aceptación social» de la medida. No obstante, avanzó que en las próximas semanas estarán en disposición de emitir el informe que se les ha solicitado por parte del Ministerio a ese plan, ya que decidan lo que decidan, «nosotros somos los que ponemos las condiciones». Al igual que si un Gobierno decide, en el contexto actual de crisis energética, continuar con la actividad de las centrales nucleares más allá de su periodo de vida útil. «Si continúan, éstas son las condiciones, si deciden parar, éstas son las condiciones» señaló, poniendo de ejemplo el desmantelamiento que se está llevando a cabo en la central de José Cabrera.

Carpetazo. Por su parte, el consejero de Desarrollo Sostenible, José Luis Escudero, recordó que este plan supone un «carpetazo definitivo» a la idea de instalar el ATC en Villar de Cañas, y que demuestra que era un «sinsentido» defender el modelo del PP de apostar por un cementerio nuclear en una localidad, mientras que la alternativa del gobierno son 33 proyectos de renovables, por 800 millones de euros, para generar riqueza y empleo no solo para la localidad, sino para toda la comarca. Es por eso que reiteró la petición de que el PP retire su enmienda en el Congreso.