El Albacete vive su momento más delicado desde que llegó Rubén Albés. La racha del equipo en liga, con un empate en las últimas cuatro jornadas, vio incrementado su desasosiego con un desastroso partido de Copa y la eliminación frente al Terrassa de la Segunda RFEF, lo que hizo al preparador gallego lanzar un duro mensaje que continuó ayer cuando calificó la situación de «estado de alarma».

Albés tiene claro que el equipo ha perdido el alma y la emoción con la que el año pasado fueron la gran sorpresa del campeonato. Este año están lejos de todo eso, sobre todo en sensaciones, además de una situación en la tabla que sino alarmante si que da para nivel amarilla, solo dos puestos por encima del descenso, aunque con cinco puntos de colchón.

El tema es que Albés no tiene fácil hacer muchos cambios porque la plantilla se ve muy limitada para hacer revoluciones. Lo que está claro es que tras el fiasco copero Riki y Olaetxea volverán al equipo titular, mientras que la duda estará en la parte defensiva, con Datkovic entre algodones y Glauder señalado tras el fallo copero y varios partidos a un nivel inferior de lo que se le espera, como al resto de defensa, en definitiva, que con 20 goles hacen del Albacete unos de los equipos más goleados de Segunda.

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