Graciani: «He vendido todos los toros para las calles»

Pedro Belmonte
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El propietario de la ganadería El Pizarral, ubicada en el término de Bienservida, destaca que el precio de los astados para festejos populares se recuperó más que para lidiarlos en la plaza

El Pizarral, ganadería albacetense que se encuentra en el término de Bienservida, en la finca Cuarto Nuevo, comienza su andadura hace más de 40 años cuando Juan Pedro Fernández, el padre del actual ganadero forma una ganadería de segunda con vacas de Pío García, que había sido mayoral de Samuel Flores, haciendo sociedad entre los dos, añadiendo poco después unas vacas de Osborne. Más tarde, Juan Pedro Fernández compra el hierro de El Pizarral, que estaba formada con vacas de Samuel Flores de los años 60, habiéndole añadido los anteriores propietarios un toro de Baltasar Ibán. Juntan las vacas del hierro de segunda con las del pizarral y hasta hoy, por lo que la procedencia mayoritaria es de Samuel Flores, de las vacas de hace 50 años, si bien, con el paso de los años y las distintas selecciones, morfológicamente no se parecen demasiado los toros de ambas ganaderías.

Jaime Fernandez Graciani, es el titular del hierro que como decíamos pastan sus reses en la finca Cuarto Nuevo en Bienservida, quien para este año no ha dejado ningún toro de la camada para lidiar. «He quitado todos los toros que tenía para lidiar, excepto tres que he dejado que posiblemente vayan a Madrid. Cargué en el mes de febrero 17 toros que vendí para las calles, ya que el precio de los toros para festejos populares se ha recuperado mucho más que para lidiarlos en una plaza, por lo que a principios de año, ya los tenía incluso cobrados, con lo que te quitas muchos problemas de encima manteniendo esas corridas en el campo y que te las quieran comprar y a qué precios. Además tengo una novillada picada, tenía dos pero la otra también la he vendido para las calles. Tengo que llamar a la empresa de Albacete por si les interesara, aunque supongo que me dirán que no. El año pasado lidié en Tarazona de la Mancha y en Iniesta y la verdad es que me gustaron los novillos».

Tal y como han coincidido otros ganaderos, se está recuperando el precio del ganado, sobre todo los animales pequeños, erales y añojos. «Se están recuperando los precios de los erales que se utilizan sin hacer números, es decir, lo que no se ha recuperado es el precio de los animales que hay que vender a los empresarios, pero si los que van a festejos en que no hay que hacer cuentas, como las novilladas para las escuelas taurinas, los de los encierros, vacas para las calles, etc. Un festejo taurino formal, sigue siendo deficitario, por lo que el empresario no te lo va a pagar a su precio, sino menos, pero donde el destinatario sea el propio consumidor, como los festejos populares, o las novilladas sin picadores subvencionadas por las escuelas taurinas, esos animales ahora se están pagando a un precio más razonable».

Fernández seguirá en la misma línea, criando y dejando sus corridas de toros, aunque dependerá de cómo venga cada año para tomar las decisiones finales de donde van. «Seguiré como siempre y cuando llegue el momento decidiré dónde van los toros. Si siguen las cosas así y tienen mejor salida para lidiarlos en las calles, volveré e hacerlo, ya que lo que aquí está claro es que soy ganadero y eso es lo que quiero seguir siendo, pero las cuentas a final de año tienen que salir, porque el romanticismo de querer verlos en una plaza, está muy bien pero el pienso te lo quita. De cargar un toro en febrero, sin problemas de reconocimientos, veterinarios,  y sin responsabilidades, vale más que dejarlo hasta el mes de agosto para una plaza, peleándome con el corredor, con el apoderado, con el veterinario, luego a ver si embiste o no embiste y además hay que engordarlo bien, para que luego vayas y no me lo paguen o me lo paguen a la mitad de lo que me lo ha pagado el que se lo ha llevado en febrero».