El Albacete Balompié vuelve a comparecer hoy ante su público en una jornada intersemanal que, como en otras ocasiones, presenta un horario y meteorología intempestiva para los aficionados que, como en otras ocasiones, apenas afecta parece afectar a las decisiones de LaLiga y, en consecuencia, al propio club como integrante de la patronal futbolística. 

El caso es que el conjunto de Rubén Albés se presenta ante sus aficionados después de algunas actuaciones que han desembocado en un runrún no tanto por los resultados (diversos en su signo), sino por las sensaciones que transmite cuando se encara el final de la primera vuelta. Las dudas que dejaron los blancos frente al Racing se reprodujeron en Anduva hasta alcanzar la categoría de certeza por su fragilidad para encajar goles y cosechar una derrota en el, posiblemente, peor partido de lo que se lleva de temporada.

Sin tiempo para las lamentaciones, el Albacete intentará calmar los ánimos (a decir verdad tampoco demasiado excitados) con un buen partido ante sus seguidores con que recuperar las sensaciones que había transmitido desde que comenzó la temporada. El partido, además, es el apropiado en función del rival de turno, un Zaragoza con cuatro puntos menos y que, por ahora, se perfila como rival para la permanencia en la categoría.

Se esperan algunos cambios en la alineación en relación con el partido frente al Mirandés que podrían incluir a Riki, que se retiró del partido con fiebre según adelantó ayer su propio entrenador, al igual que Reymao, que no fue incluido en la última convocatoria sin que se supieran las razones hasta ayer: padecía un proceso gripal.

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