La familia constituye el principal eje vertebrador de una sociedad, también en el contexto de socialización y desarrollo de los niños y niñas, y los padres o tutores son los encargados de salvaguardarlos, protegerlos y garantizar un desarrollo adecuado y positivo. Sin embargo, tal y como establece la Constitución Española en su artículo 39 «la protección integral de los hijos es, en primer lugar, de los padres antes que de los poderes públicos, aunque éstos tendrán que facilitar a los padres las condiciones para desempeñar estas funciones, no suplantando a la familia en su cometido», y es precisamente en esta función donde se insertan el conjunto de programas de familia que ofrece la Sección de Prevención y Apoyo a las Familias de la Delegación Provincial de Bienestar Social, y que junto a la promoción de la infancia, como área fundamental de acción, contribuye a aumentar la calidad de vida de los niños, dando a conocer sus derechos y necesidades al conjunto de la sociedad y fomentando actuaciones que los defiendan.
Un aspecto fundamental de todos los programas de familia, es la interconexión entre ellos, ya que se conceptualizan como un único recurso en el que la familia entra y dependiendo de sus dificultades o problemáticas podrá acceder a uno u otro tipo de programas, o ir transitando entre ellos según la valoración o circunstancias determinadas de cada momento.
Así, en concreto, el programa de intervención y prevención en violencia familiar, que vía convenio con la Junta de Comunidades, presta en la capital la entidad Amformad, atendió durante el pasado año a 270 familias, siendo los beneficiarios directos atendidos durante el ejercicio anterior de 1.142 personas, de ellas 520 menores y 622 adultos.
Del total de familias atendidas en este recurso, que se presta en unas instalaciones, propiedad del Gobierno regional, junto a la residencia de mayores del Paseo de la Cuba, dadas de altas como nuevos expedientes en 2022 fueron 50, con 212 personas. Si comparamos estos datos con el 2021 se observa un incremento notable de familias atendidas en 2022 respecto a 2021, ya que el pasado año fueron 270 y durante 2021 las familias atendidas fueron 144 (80 filioparental y 64 de otro tipo de violencia), lo que representaría un aumento de casos del 87,5%.
El objetivo de este programa es detectar los factores implicados en la aparición de cada situación de violencia surgida en los diferentes núcleos familiares, modificando pautas de actuación dentro del núcleo familiar.
Para ello, según informó el jefe de la Sección de Prevención y Apoyo a las Familias, Javier Gómez, el grueso de este programa se centra en la intervención individual y también grupal tanto con las víctimas como con los agresores de la violencia familiar. En este sentido, puntualizó que son dos las situaciones de violencia familiar que se ejercen: por un lado de padres a hijos, y por otro, la filio-parental o también llamada violencia ascendente, que es la que ejercen los hijos contra los padres, «casos que han experimentado un repunte significativo, hasta el punto de que en los últimos años representan el 50% del total, al haberse producido una escalada importante de este tipo de situaciones de violencia familiar por las que los afectados piden cada vez más ayuda especializada».
De hecho, Gómez reconoció que fue a partir de 2020 cuando se produjo este repunte de casos de violencia familiar ascendente, «donde la mayoría de las situaciones de violencia de los hijos se dirigen hacia la madre, que es siempre la diana de este tipo de conflictos entre padres e hijos».
El promedio de familias atendidas en este programa mensualmente en la provincia de Albacete ronda las 80.
(Más información en la edición impresa y en la APP de La Tribuna de Albacete: (https://latribunadealbacete.promecal.es))