Editorial

Lo legal es decente y lo ilegal, indecente

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El presidente Sánchez debe ser contundente y dar un ultimátum a EH-Bildu

Después de 48 horas desde que se conoció la inclusión de 44 condenados por terrorismo en las listas electorales de EH-Bildu para el 28-M, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, habló sobre el asunto. En la rueda de prensa posterior a su encuentro con el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, Sánchez manifestó que «hay cosas que pueden ser legales, pero no son decentes. Y ésta es una de ellas», para después proseguir con «lo único que pueden aportar estas personas es un mensaje de perdón reparación y arrepentimiento». El presidente del Ejecutivo hizo también al fin de la banda terrorista al decir que «hace más de una década la democracia española derrotó a ETA. La obligación de todos los responsables políticos es reconocer y respaldar a todas las víctimas del terrorismo». De esta forma, Sánchez daba por desaparecida a ETA e intentaba acercarse a las víctimas del terrorismo, cuyas asociaciones son muy críticas con la postura del Gobierno.

No faltó tiempo al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, del PP, o a Santiago Abascal, presidente de Vox, para responder al presidente del Ejecutivo. Feijóo manifestó que le parece «indecente» que Pedro Sánchez«pacte, gobierne y someta el futuro de España» y, por su parte, Abascal sentenció que lo que no es «decente» es que el líder del PSOE haya llegado al poder «mintiendo a los españoles» con pactos con «comunistas, separatistas y terroristas», algo «legal, pero no decente», refiriéndose a las palabras del propio Pedro Sánchez.

Es verdad que el terrorismo fue derrotadohace ya bastantes años. ETAdejó de matar y depuso las armas, aunque buena parte de sus presos y condenados nunca han mostrado su arrepentimiento. Y no lo hicieron porque no fue un final pactado, sino que la magnífica labor de las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado arrinconó a los terroristas y los olbigó a rendirse. Entonces no les quedó más camino que la vía política y nunca renunciaron a la vía violenta (atentados, asesinatos, sabotajes, kaleborroka...). Por esta razón, contra el terrorismo no caben las medias tintas, hay que condenarlo o permitirlo. La aparición de los terroristas condenados -siete de ellos por asesinato- supone una afrenta al estado de Derecho que rige la convivencia democrática. La propia Ley de Partidos contempla la ilegalización de una formación política si incluye a terroristas en sus candidaturas. Por este motivo, el presidente Sánchez debe ser contundente y dar un ultimátum a EH-Bildu. O hasta el último de los terroristas candidatos en el 28-M condena los crímenes cometidos por ETA, es decir, por ellos, o comienza el proceso de ilegalización del partido abertzale.

Los políticos deben ser los primeros en cumplir la ley y, a tenor de los últimos meses, parece que son los que están eximidos de su cumplimiento.