Ilia Galán

LA OTRA MIRADA

Ilia Galán

Poeta y filósofo


Luisa Fernanda volvió

02/07/2023

Miro el buzón. Sigue sin llegar. Pregunto a amigos y me dicen que les sucede igual. ¿Llegará a tiempo? Pedí el voto por correo nada más decidieron los canallas que iban a convocar elecciones nacionales en lo más tórrido del verano. Así muchos se habrán ido de las grandes ciudades, de vacaciones o a sobrevivir a lugares más frescos, que ya la Organización Mundial de la Salud avisa cómo el año pasado murieron solo en Europa 20.000 personas a causa del calor, y que 2023 puede ser mucho peor. Eso de convocar elecciones cuando muchos están fuera de su domicilio habitual -tal vez trabajando a distancia-, con la intención de que cuantos menos voten mejor, parece chocante, ya que la democracia es, teóricamente, el gobierno del pueblo y para eso este ha de dar su consentimiento y el veredicto a lo que unos y otros han hecho.
Parece que nuestra España no cambió mucho desde los tiempos en que el bipartidismo y las estafas con los votos eran comunes en el siglo XIX. Ahora que en el Teatro de la Zarzuela se muestra la excelente producción de Luisa Fernanda, con la gran música de Moreno Torroba, vemos que los tópicos se repiten y que nuestras tierras siguen asoladas por los políticos. Luisa Fernanda grita contra los privilegios en el levantamiento revolucionario de 1868, La Gloriosa, que destronaría a Isabel II. Se clamaba por la libertad y la igualdad de derechos ante la ley. La obra, estrenada en 1932, fue un gran éxito y lo sigue siendo hoy. En su interesante trama vemos cómo revolucionarios y políticos luchan por intereses particulares o por ambición, por trepar y llegar a ser más... La duquesa es el emblema del Antiguo Régimen y de injustos privilegios, ahora el emblema parecería que nos representa: son los que se encaraman en el Parlamento o el Senado, acomodándose en los sillones, cobrando sueldos poderosos, y en las autonomías, como vampiros del pueblo, pues son excesivos; demostrado por los hechos. 
Basta compararse con otros países, somos quienes sufrimos más políticos y son los más ineptos. Antes era la nobleza clase privilegiada, ahora es la clase política, la casta contra la que clamaban los muchachos de Podemos, hasta que llegaron al poder e hicieron lo mismo que los anteriores, se aburguesaron, lucharon por intereses particulares y crearon nuevos privilegiados entre minorías que por motivos sexuales o cuales fuere imponen nuevos «derechos» sobre los demás. Ya no hay igualdad ante la ley, al revés. El Gobierno se ha llenado de ineptos que tendrían que hacer oposiciones, exámenes, antes de lograr el poder. Muy pocos conseguirían aprobar. Han colocado a sus amiguetes en ministerios e instituciones, lo mismo que sucedía en el siglo XIX. No hay progreso, sino probresismo y retroceso sin seso ¡pero con mucho sexo!