Hoy jueves se pone el cronómetro en marcha marcando el inicio de la nueva legislatura, la que sin duda es la del más incierto desarrollo sobre su futuro; tan incierto como el futuro político que se avecina con el panorama diseñado al dictado de los resultados que arrojaron las urnas el pasado 23 de julio y cuyo reflejo marcará y será clave para la constitución de la nueva composición de las Cortes en las que la presidencia del Congreso y la formación de la Mesa serán votadas en el que parece ser el primer indicio de por dónde pueden ir las cosas a partir de este momento en el recorrido. La elección del presidente del Congreso y las votaciones que constituirán su Mesa son algo más que un mero intermitente que nos señaliza hacia dónde vamos, si giramos hacia izquierda o hacia la derecha.
 El vencedor de las elecciones es indudable que ha sido el PP, pero las matemáticas electorales entran en juego en el momento en que el partido más votado no consigue sumar la mayoría necesaria para formar Gobierno. Se olvida muchas veces en este país que aquí quien gana no es el más votado, sino el que es capaz de formar Gobierno, cosa que a día de hoy, en el inicio de la nueva legislatura, ningún partido puede garantizar. En la derecha, a PP y Vox no le salen las cuentas, ni sumando sus votos alcanzan esa mayoría absoluta que un día le daban las encuestas. Y a la izquierda tampoco le llega con el apoyo de Sumar y otros de sus compañeros de viaje de la pasada legislatura para garantizar la futura investidura de un presidente. Veremos si desde hoy comienza a desbrozarse tan incierto panorama y si no arraiga cada vez con más fuerza el nubarrón de nuevas elecciones.