Los albacetenses se volcaron con San Antón

Antonio Díaz
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El obispo de Albacete, Ángel Fernández Collado, presidió la eucaristía en la residencia y bendijo a los animales, fundamentalmente perros

La procesión a su llegada a la residencia. - Foto: Víctor Fernández

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San Antón

La tradición se cumplió en un día festivo, de agradable temperatura, y con gran presencia de visitantes en la Residencia Asilo de San Antón de la capital y, por supuesto muchísimas mascotas, fundamentalmente perros, que ganaron por goleada, y acudieron con sus dueños a la bendición de San Antón que impartió el obispo de Albacete, Ángel Fernández Collado, en una organizada y larga cola de fieles con sus mascotas. 

El obispo presidió la eucaristía en la residencia y bendijo a los animales al término de la  procesión, como mandan los usos y costumbres;una procesión en la que participó la Banda Sinfónica Municipal de Albacete, con marchas de acompañamiento, y muchos fieles con sus mascotas. Los albacetenses, también el alcalde de la ciudad, Manuel Serrano, y numerosas autoridades, se unieron al santo y a las hermanas en una jornada entrañable en el centro. 

La celebración comenzó puntualmente, a las 11 horas, con la eucaristía y desde muy temprano ya acudió gente a por sus panes benditos y por supuesto en las inmediaciones de la residencia se instalaron los puestos de dátiles, barquillos y churros, que son muy visitados por los vecinos.

Tras la eucaristía, con la iglesia de la residencia llena, se llevó a cabo la procesión, que dio paso a la bendición, en una ordenada fila y por supuesto muchos ladridos.

Recordó Ángel Fernández Collado en la oración que Dios, autor y dador de todos los bienes, «has hecho que también los animales sirvan de ayuda al hombre en sus necesidades y en su trabajo. Te pedimos, por intercesión de San Antón, que utilicemos debidamente estos seres necesarios para nuestra subsistencia».

Una jornada que llenó no sólo de fieles con sus mascotas la residencia asilo, pues las inmediaciones y los puestos fueron muy visitados durante la mañana. 

La madre superiora, la hermana Carmen Gonzalo, indicó que «un día como el de hoy, para nosotras es muy emocionante, viene casi toda la ciudad de Albacete y estamos muy entusiasmadas por la devoción a San Antón. Es una tradición  que se preserva y crece porque yo llevo aquí cuatro años y la verdad es que es mucha la gente que viene, no sólo a la bendición, también viene mucha gente a por los panes, a visitarnos a nosotras y a los residentes, por supuesto, lo agradecemos infinito».

También el vínculo con San Antón de la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores viene de muchos años, como valoró su presidente, Juan Escobar Guirao, «porque son ya 33 los años que la cofradía viene portando a San Antón en la procesión. Es algo que surgió cuando era presidente don Julián Campos, a petición de las hermanas, y desde el año 1990, está San Antón procesionando, sólo faltó ese año de la pandemia, pero siempre que ha salido, lo ha portado nuestra cofradía».

Así, indicó Juan Escobar, «es una procesión corta y venimos unas 10 personas para acompañar al santo. Como es tradicional, cuando planificamos el año, nuestra primera salida, previa a la Semana Santa, es ésta, con San Antón».  

Fieles.

No faltó un pequeño puesto de la Protectora  Arca de Noé, no sólo para vender, también para concienciar. Paquita Valcárcel, voluntaria, destacó «que nosotros somos fieles, todos los años a San Antón. La causa, recaudar dinero para la protectora, para los animales que tenemos, que son muchísimos y sobre todo, después de Navidades ha habido muchísimos abandonos, perros sobre todo».

Paquita Valcárcer confirmó que «es una pena, porque los animales no son juguetes, son seres vivos, al igual que nosotros. Entonces, si tus hijos te piden un animal, que no es un juguete, cómprale un peluche y cuando sepa cómo se trata a un animal, adoptas».

Sí que se acercó mucho público  a ese expositor de la Protectora Arca de Noé, en el que había de todo un poco, juguetes para animales, sudaderas, vestidos para perros, bisutería, «todo con el objetivo de recaudar para la protectora».

Una jornada que se vivió intensamente porque los fieles cumplieron con la tradición de llevar a sus mascotas a esta tradicional misa, procesión y bendición. Este año, además, no se vieron animales exóticos, algún pájaro, muy pocos gatos y, por supuesto perros, de todas las razas. Se nota que los albacetenses, cada vez más, optan por la adopción y lo importa demasiado la raza del perro. Eso sí, el cariño a todas estas mascotas es más que patente y todos disfrutaron de un día en el que manda la tradición, en una Residencia Asilo de San Antón tan querida en la ciudad, atendida  siempre con mimo y afecto por todas las hermanas.