Unas fallas para la historia

Agencias
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La ciudad despide sus fiestas más espectaculares y multitudinarias con la Cremá y una ensordecedora Mascletà con 260 kilos de pólvora

Un ninot es consumido por el fuego durante la Cremà infantil - Foto: Biel Aliño (EFE)

Valencia despidió ayer su celebración más emblemática, las Fallas, donde el fuego y la pólvora volvieron a ser los grandes protagonistas. Con una asistencia multitudinaria, ya sin las restricciones impuestas por la pandemia, el buen tiempo acompañó también para que nada faltase a un fin de fiesta donde se quemaron cerca de 800 composiciones falleras, que ardieron en los distintos barrios de la capital valenciana para revivir un año más la tradición de la Cremà, en una gran exhibición de luz y ruido que, junto con la Mascletà, inundó la ciudad 

La pólvora, la música, los pasacalles y por supuesto las paellas marcaron durante días estos festejos, declarados en 2016 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, así como la agenda de los valencianos y de miles de turistas que llegaron a la capital del Turia atraídos por este gran espectáculo.

Al caer la noche, el fuego había acabado ya con las más de 380 fallas infantiles, que este año fueron especialmente liberadoras para los niños al no haber ya mascarillas ni otras medidas restrictivas antes habituales por el coronavirus.

El ritual de la Cremá infantil redujo a cenizas, ante las lágrimas y las sonrisas de cientos de pequeños, los coloridos monumentos que plasmaban a sus personajes favoritos de televisión y videojuegos, su día a día escolar, social o tecnológico, sus animales top -reales o imaginarios-, sus cuentos y sueños, sus nostalgias familiares y, en definitiva, sus despreocupadas vivencias, donde los ninots siempre juegan, brincan y ríen.

Sobre las once de la noche, la emocionante y tradicional Nit de la Cremà fue la encargada, como cada 19 de marzo, de poner el mejor broche a los populares festejos valencianos. 

Cientos de vistosos ninots, con los personajes más populares de la actualidad, además composiciones imaginativas o irónicas, ardieron entre llamaradas para cumplir con el ritual y acabar convertidas en humo y ceniza.

Algo antes, la Pirotecnia Valenciana fue la encargada de poner el contrapunto más ruidoso a las Fallas de 2023 con el disparo de una Mascletà brutal, con 260 kilos de pólvora, que estremecieron la plaza del Ayuntamiento. 

«Veníamos a dejar el pabellón muy alto y creo que lo hemos conseguido por la respuesta de la gente, que ha sido muy buena», subrayó el artífice de la representación, José Manuel Crespo.

Por su parte, la Fallera Mayor, Laura Mengó, y la Fallera Mayor Infantil, Paula Nieto, vivieron entre lágrimas de emoción su última Mascletà como máximas representantes de las fiestas.