«Más de la mitad de los relatos son muy personales»

Antonio Díaz
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Desde que en 1979 Francisco Delgado escribió Hacia un deporte popular, son muchas sus obras publicadas y tras el ensayo autobiográfico Tejares 13, presenta 30 relatos breves. Braceando en el incierto siglo XXI.

Francisco Delgado. - Foto: Arturo Pérez

Desde que en 1979 Francisco Delgado escribió Hacia un deporte popular, son muchas sus obras publicadas y tras el ensayo autobiográfico Tejares 13, presenta 30 relatos breves. Braceando en el incierto siglo XXI. El autor comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de la obra.  

En su anterior libro habló sobre educación.

Sí, anteriormente apareció el de memorias, Tejares 13, el penúltimo fue la Historia de la educación en España en los dos últimos siglos, un libro que reunía historia y educación  y  desde principios de siglo escribía pequeños relatos, en viajes, en casa, entonces durante la pandemia miré lo que tenía, 40, 50 relatos que había ido escribiendo poco a poco y la verdad es que pensé que era algo muy personal, por eso dudé mucho antes de publicarlo, pero al final me decidía presentar esas historias, relatos reales y de ficción. 

¿Autobiográficos?

Cuando se trata de viajes, son pequeñas cosas que han suegido, pero otros muchos son ficción, generalmente sobre cosas que he visto, incluso sobre las que han ocurrido alrededor de mi vida, que he ido contando.  

¿Muy personales?

Más de la mitad de los relatos son muy personales. Empiezo con uno en el que hago alusión a mis padres, de la Feria de 1966, por ahí, y tengo el recuero de jovencito, cuando me iba a marchar a estudiar a Bilbao, y también los hay de viajes, de sucesos que han ocurrido a mi alrededor y a los que les he dado forma.  

¿Aprovechó los viajes para escribir?

Sí, aprovecho los viajes para escribir, sobre todo por Europa y Latinoamérica, tanto los que he hecho en familia como los que hice solo y he ido relatando cosas relacionadas con esos viajes o lo que me ha ido ocurriendo.

¿Qué es lo que más le interesó contar?

Fundamentalmente, cosas que me han sucedido, desde llegar a una estación de Viena con ciertas prisas y encontrarme el tren que iba a Budapest y no era así, iba a Bucarest, y hasta el último minuto dudas si subir o no, pequeñas anécdotas. Otro caso, con una persona que monta en la frontera, cuando aún no había Espacio Schengen y la bajan del tren los policías.

¿Por qué 30 relatos?

Tenía unos 50, pero decidí que era lo justo, para que no fuera un libro demasiado extenso. Como se enlazan unas cosas con otros, genera cierto interés y se lee de tirón. Se pueden leer por separado, porque están montados sin intención, pero cómo los he colocado, creo que es mejor empezar por el primero. Los últimos se dedican a cuestiones que me ocurrieron durante la pandemia.  

¿Muchos escritos durante el confinamiento?

Por lo menos, 10 están escritos en el confinamiento, a la vez que escribía la  obra sobre la educación en los últimos dos siglos. Es que había muchas horas libres.  

¿Por qué ese subtítulo?

Yo he cumplido en 74 años en 2021 y para mí, la vida ha pegado un cambio enorme en estos últimos 23 años, sobre todo en las cuestiones que yo me he dedicado, al margen de mi trabajo habitual y de mi familia. La parte societaria y la política, a la que me he dedicado un tiempo en el siglo XX, en este XXI es que no se parece en absoluto al XX, primero porque sueños que yo tenía, de cuestiones que se podían solventar a nivel social y político, han pasado 23 años y han ido a peor, por ejemplo, temas relacionados con las relaciones sociales. En el ámbito político, esos sueños de cierta colaboración entre distintas ideologías para solventar grandes problemas, como el de la vivienda, en el siglo XX se llegaban a ciertos acuerdos y en este siglo, todo son desacuerdos, insultos y se  echan en falta pactos de Estado amplios. Es un siglo, en el tema político, en el que va todo rematadamente mal, no solo en España. Para mí es como bracear en el vacío, sin llegar a ninguna parte. 

Eso sueños de una sociedad más igualitaria, ¿se cuelan en estos relatos?

Sí, es evidente, por la ideología que uno tiene, que no es radical,  ni frentista, es colaborativa. Ese ideario se cuela, evidentemente, en la mayoría de los relatos.