Una trayectoria de casi un siglo de historia arquitectónica

E. F.
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Hay obras de muchos estilos distintos en otros puntos de la provincia y en Madrid, además de todo lo que hizo como diseñador, pintor y escultor

Edificio en la esquina de Luchana con Juan de Austria, en Madrid. - Foto: Cedida

Además de todo lo que hay en el centro de Albacete, hay obras de Julio Carrilero dispersas por toda la ciudad y por varios puntos de la provincia. En la capital, también están la sede de Cruz Roja, en la calle San Antonio; la delegación provincial de Sanidad, en la Avenida de la Guardia Civil, o los Depósitos del Sol, actual Biblioteca Central municipal.

El censo completo es enorme. «Hay al menos 500 referencias, no sólo en la capital», señalan dos de sus hijas. Paloma y Mari Carmen «porque también diseñó edificios en Almansa, como el Teatro Regio;  además, trabajó para la diócesis de Albacete y para el Ministerio de Educación, sabemos que hizo varias escuelas, pero mucho de lo que hizo en la provincia todavía está por redescubrir».

También es mucho lo que se ha perdido. Sin ir más lejos, en la propia capital manchega, cayeron bajo el furor de la piqueta realizaciones como la Casa de Canciano López, un impresionante inmueble que abarcaba todo un cuadrante de la Plaza de Gabriel Lodares, el Mercado de las Carretas, el Matadero o el Cine Capitol.

«Lo que mejor define la obra de nuestro padre es la variedad, en todos los sentidos», señalan, «pues refleja la evolución de la arquitectura en España a lo largo de todo el siglo XX, desde el estilo mudéjar de la Plaza de Toros hasta sus últimos edificios, de los años 60, que son claramente funcionales».

Luego está su obra en Madrid.  En la muy conocida enciclopedia Summa Artis, la imagen que ilustra su entrada es, precisamente, uno de los edificios que hizo en la capital de España «que por cierto, es un edificio que hace esquina, algo muy curioso, porque muchos  de los inmuebles que hizo allí hacen esquina, no sabemos el porqué, pero es así».

En la Villa y Corte, además, se produjo una de las pocas polémicas en las que se vio envuelto, que tiene que ver nada menos que con la Plaza de Toros, las Ventas: «El diseño se atribuye a José Espellús, pero cuando la ves sabes que estás mirando una versión corregida y aumentada de la Plaza de Toros de Albacete, para nosotras no hay duda, es suya».

Pero algo pasó y su padre, poco dado a polémicas o disputas «se lo quedó para él, nunca dijo que sucedió, por los motivos que sean, se retiró y jamás se reconoció su aportación», como tampoco se valoró su trabajo en el proyecto del Ministerio de Marina.

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