Entre 20 y 30 casos nuevos al año de media se diagnostican del síndrome de Asperger, un trastorno que se engloba dentro de los trastornos del espectro autista (TEA) pero que tiene particularidades muy diferenciadas. Hoy precisamente se celebra el Día Internacional del Asperger, una celebración que de nuevo ha sido aprovechada por la Asociación Desarrollo-Autismo de Albacete para sumarse a la campaña lanzada por la Confederación a nivel nacional que bajo el lema Haz espacio, busca poner de manifiesto que las personas con Asperger se esfuerzan cada día por encajar en entornos inflexibles que no se adaptan a sus características y necesidades y subraya el derecho de las personas con este síndrome a aprender y a trabajar, es decir, a acceder a una educación de calidad que promueva su éxito y su desarrollo laboral y que también promueva su inserción laboral.

El neuropediatra del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete Ignacio Onsurbe destacó que los niños diagnosticados de síndrome de Asperger tienen una inteligencia normal o incluso los hay que son superdotados. Su única particularidad con el resto de sus iguales es que les cuesta relacionarse y tienen un lenguaje peculiar, más rebuscado y adulto, y unos intereses diferentes, que los hace ser distintos y «raros» para el resto de sus compañeros.

diagnóstico precoz. El avance en el conocimiento de este síndrome en los últimos 20 años ha hecho que ahora los neuropediatras diagnostiquen este trastorno entre los cinco y los seis años de edad, momento en el que acceden a Educación Primaria. Además, este síndrome, del que se desconoce la causa que lo provoca, es cuatro veces más frecuente en niños que en niñas.

El doctor Onsurbe destacó que en algunos casos el síndrome de Asperger se asocia al trastorno del déficit de atención o hiperactividad (TDH). El problema es que muchos de los afectados que están totalmente integrados en la sociedad están sin diagnosticar.

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