Estamos de nuevo ante una jornada electoral tan sólo 55 días después. Los vericuetos de la historia más reciente con estrategias partidistas incluidas convocaron a la ciudadanía de nuevo ante las urnas en plena canícula estival, por primera vez en la historia. El voto por correo se disparó en la mayoría de las circunscripiones y las teorías de la conspiración se dispararon por el mundo virtual. De todas formas, el voto presencial volverá a ser mayoritario y hoy los colegios electorales volverán a ser un ir y venir de ciudadanos comprometidos con la democracia que está vigente en España desde 1978.
Los miembros de las mesas electorales deberán hacer un esfuerzo para acometer su papel fundamental en el sistema democrático, aunque sea en condiciones extremas -en el inicio de una nueva ola de calor en unas instalaciones que carecen de medios para hacer frente a las altas temperaturas-. Aún así la democracia volverá a imponer su ley y arrojará un resultado que gustará a unos y disgustará a otros, pero será el que hayan decidido la inmensa mayoría de españoles que hoy depositarán su voto. A partir de este 23-J se iniciará una nueva etapa en el país y se cerrará otra marcada por el primer gobierno de coalición de España, que la historia se encargará de juzgar con el devenir de los años -hacer ahora un juicio sería un tanto precipitado y contaminado por las circunstancias actuales-.
Lo importante es que la jornada electoral de hoy transcurra con normalidad, sin altercados, y que aquel que salga vencedor de las urnas tome las decisiones acertadas para el progreso del país.