«Con las nuevas tecnologías, el acoso escolar se amplía»

Antonio Díaz
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Javier Urra, doctor en Psicología con la especialidad de Clínica, pedagogo terapeuta, primer Defensor del Menor, participó en la decimosexta Jornada Educativa de la Delegación Diocesana de Enseñanza de Albacete

Javier Urra, doctor en Psicología. - Foto: Víctor Fernández

Javier Urra, doctor en Psicología con la especialidad de Clínica, pedagogo terapeuta, director clínico y presidente de la Comisión Rectora de Recurra-Ginso, primer Defensor del Menor, participó en la decimosexta Jornada Educativa de la Delegación Diocesana de Enseñanza, que de desarrolló en la Fábrica de Harinas de Albacete. El escritor y profesor, que abordó la problemática del bullying y la violencia entre escolares, comentó a La Tribuna de Albacete distintos aspectos sobre su intervención. 

El problema del acoso escolar, que siempre está ahí, ¿considera que se ha agravado?

La respuesta es sí. Se ha agravado porque con las nuevas tecnologías, el acoso escolar se mantiene en la escuela, pero se amplía al fin de semana. De manera que el acoso escolar conlleva, sin duda, que entre en la habitación, en la pantalla, en la intimidad del propio chico. El resto, se ríen de él por sus características diferenciales, de identidad sexual, porque es muy estudioso o porque no le gusta practicar deporte o tiene orejas de soplillo, porque tiene características diferenciales, que puede ser de espectro autista o similar. El chico se siente muy acosado en la escuela, pero también fuera, no tiene descanso. Segundo aspecto, se ha agravado porque hoy hay más violencia. Acoso escolar ha habido siempre, pero ahora hay una elevación en la violencia, más en la red también, se machaca de manera continuada y entonces tenemos un dato preocupante, se suicidan más niños y adolescentes y la razón mayor es, sin duda , el acoso escolar. Los niños, que necesitan a sus iguales, viven, de manera terrible el acoso escolar, un tema muy preocupante. 

¿Hay alguna estadística sobre este aspecto?

Hay distintas estadísticas, pero aproximadamente, se calcula que en España sufre acoso escolar el 9,5 por ciento de los niños. Casi uno de cada 10 niños reconoce que es víctima de acoso, un dato realmente preocupante, pero es que hay un 4,5 por ciento que reconoce que genera acoso escolar, que es un acosador. Por lo tanto, la escuela es un lugar para estar a gusto, aprender, educarse, formarse y tenemos un grave problema de verdad. Otra característica diferencial es que ahora tenemos niños que han sido integrados en las aulas ordinarias y que venían de educación especial. Esta idea es muy buena para los niños, sin duda, pero tenemos que esforzarnos y admitir que hay niños que tienen conductas distintas, a veces sorpresivas, y eso no es negativo, nos tiene que enriquecer.  

¿Cómo son esas víctimas?

Las niñas o niños que son víctimas, se caracterizan porque no saben defenderse y no tienen habilidad social para tener un grupo de iguales, que les defiendan. En cuanto al agresor, suele ser un chico más fuerte, que sabe que no se le quiere, pero que a cambio, busca que se le respete desde el miedo. Luego, hay un grupo de muchachos que, bien se ponen del lado de los fuertes para reírse y con miedo a que no se vuelvan contra ellos; otro grupo, muy mayoritario, que lo que hace es mirar para otro lado; y un mínimo número de niños que buscan, en la medida de lo posible, defender a la víctima. 

La labor del profesor es en ese aspecto muy importante...

Lo que creo es que es el profesor, la profesora, que tiene que estar muy atento a lo que pasa. Es quien tiene que marcar el liderazgo, quien tiene la autoridad en el aula es el profesor y no debe dejar pasar ese tipo de cosas como «cosas de niños». El acoso escolar se caracteriza, primordialmente, por la continuidad, esto es un problema. Los padres deben observar si el niño está triste, si los domingos empieza a tener problemas, anticipando lo que puede pasarle el lunes por la mañana y luego, es muy importante la labor de los inspectores educativos que se deben implicar. Lo que no puede pasar es lo que está ocurriendo, que al final el niño que sale del colegio, o el adolescente que sale del instituto, es la víctima.  En todo caso, nos tenemos que plantear qué medidas reales sancionadoras tenemos para los agresores. 

¿Las hay?

Muy limitadas. Se puede llegar a expulsar al chaval, unos días. Primero, ¿dónde va a estar, en la calle? Segundo, va a volver.  Bueno, las comunidades autónomas han generado protocolos que están bien estructurados, pero hay que estar muy encima. Mi criterio sería que el primer día de clase, la profesora, el profesor,  tiene que dejar claro que no va a haber en el aula frases de violencia de género, acoso escolar, racismo, que no lo va a consentir y dejar las cosas muy claras el primer día y, además, decirle a los chicos que si ven alguno de esos temas, tienen de decirlo. Eso no es ser chivato, es ser valiente y comprometido. Todo eso hay que hacerlo el primer día, pero hay más, antes de empezar el curso, hay que reunir a todos los padres y decirles que el colegio, el instituto, no va admitir ese tipo de conductas, porque algún día pueden ser los padres de la víctima o del agresor. Decirles las medidas que se van a tomar, antes de que pase nada, dialogándolo. Concluiría diciendo que el grupo de alumnos debe ser terapéutico, sano, que ponga límites, normas y explique claramente que hay conductas que no se van a aplaudir, reír o hacer seguidismo en la red. 

¿Los móviles deben estar fuera de las clases?

Los móviles no deben estar en clase, hace falta una atención plena. En el centro que dirijo, donde hay chicos complicados de toda España, no hay móviles, ni para los chicos, ni para los profesionales. No hay ordenador, excepto para actividades educativas que marca el profesor. A mí me lo preguntó la presidenta de la Comunidad de Madrid, la orienté, y al mes se había prohibido la tenencia de móviles en el aula, no pasa nada. 

El libro, no es tan malo como parece que mucha gente cree. 

Los libros nunca han sido malos y creo que hay muchos tópicos. Por ejemplo, se dijo que desaparecerían las radios, o las televisiones y no han desaparecido. Se dijo que las tablet acabarían con los libros, bueno yo he publicado 80 libros y todos en papel. Hoy en día se está vendiendo mucho más en papel y está retrocediendo la lectura en pantalla. Leer en papel, tocando, es como escribir con la mano, es sensorial y por lo tanto los tiempos, la activación cerebral es mejor. Eso no quita que una persona pueda leer en una pantalla un documento, un informe, sin duda o en un viaje, en vez de ir cargado de libros, puedes llevar tu tablet y lees, cosa que yo no hago, sigo llevando mis libros. Hay que volver a los libros, claro que sí y, en cuanto al tema de la tecnología, creer que porque se lea en tablet, los niños son tecnológicamente desarrollados, es un error. Hay que explicar para que sirve, y que es Google, y cómo te manejas en internet y cuáles son los riesgos, qué aporta y cuáles son las páginas de trastornos de alimentación, de sectas, de bandas, pornografía violenta. Todo eso hay que explicarlo. El instrumento en sí, es neutro, ahora, hay que saber utilizarlo. Por cierto, los padres no deben espiar los teléfonos de los hijos, porque los niños tienen dignidad, intimidad y honor.  

Pero debería preocuparse de cómo se utiliza. 

Si cree que su hijo está en un problema, por el tipo de personas que contacta, por el tipo de conductas que busca, no es que puede, es que debe y de eso tenemos sentencias fundamentadas, del Tribunal Supremo, de Marchena, de Perfecto Andrés Ibáñez, de Antonio del Moral. Tenemos que saber cómo y por dónde circulan nuestros hijos en la red.  

Con esa utilización del libro, de la escritura manual. ¿Mejorarían nuestros niveles educativos?

Seguro, hace falta un poquito de serenidad, de pausa, hace falta enseñar a pensar, a reflexionar, a argumentar, debatir, a hablar ante el grupo. Hay gente que sabemos muy bien lo que hay que hacer, es más es que lo hacemos y luego, al final, los alumnos lo agradecen y mejoran mucho. Ahora, esto tenemos que generalizarlo, intentarlo hacer la mayoría del profesorado. 

¿Se puede y se debe legislar sobre el acceso a la pornografía?

Sí, claro que se puede legislar y se debe legislar, como se legisló sobre ciertas conductas al volante, o se legisló sobre el tabaco. La legislación tiene mucho poder pedagógico, como se ha legislado para que los menores no puedan consumir alcohol hasta los 18 años.Por lo tanto, hay una edad, puede ser 12 o 14 años, que debemos conseguir sistemas para que los niños no accedan, por ejemplo, a una pornografía violenta, que es antecedente de violencia de género, claro que sí. La libertad de expresión tiene su razón de ser con las personas que son adultas, con los menores, lo que hay que proteger es su correcto desarrollo de su personalidad y madurez. Claro que hay que legislar y en eso estamos en Europa y no es fácil, porque necesitamos el apoyo de las plataformas. Que el presidente del Gobierno diga que se pone a la cabeza de esta línea de protección a la infancia, me parece bien, sin duda.  

Así, ¿se podrían evitar conductas sexuales erróneas?

Bueno, lo que precisamos en la escuela, en el hogar, educar en aspectos fundamentales, por ejemplo una cosa es amar y otra es querer. Otra cosa es poseer, lo contrario absolutamente de amar, no se puede poseer. Hay que educar en la compasión, en el cariño, en la ternura, en las virtudes y valores del ser humano, lo que conlleva una relación amorosa con el otro que comparte la intimidad de la sexualidad. 

¿El último libro es La vida íntima?

Así es, que habla de los aspectos profundos, humanos, frágiles, los que muchas veces hemos de callar. Somos seres sociales, para ayudar, cooperar y sentirnos concernidos, pero también somos  personas con nuestro lenguaje interior, con nuestra biografía y nuestras expectativas. De eso habla el libro.