Una tarifa que aleja el emprendimiento

Carlos Cuesta (SPC)
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Elegir trabajar de autónomo en España está casi en peligro de extinción por las enormes cargas fiscales, los gastos de actividad y la reducción de los beneficios

Una tarifa que aleja el emprendimiento - Foto: Imagen de pch.vector en Freepik

El emprendimiento es la alternativa laboral por la que se decide una minoría de los españoles que tienen la determinación de sacar adelante una idea de negocio. Quizás se trate del camino más difícil, frente al del asalariado o el empleado público pero, según asegura una buena parte de este colectivo que realmente está por vocación, es el que más satisfacciones produce. 

En este escenario, el entorno laboral en España se ha caracterizado esencialmente por la ocupación por cuenta ajena, bien como asalariado de la empresa privada o por el sistema público al que aspira el 75% de la población juvenil. El colectivo de autónomos tenía a finales del pasado año 3.329.863 de personas, es decir, el 16% de la población activa, el 63,36% hombres y el 36,64% de mujeres.

Estos profesionales llevan años reivindicando al Estado una mejora de sus condiciones laborales para equipararse lo máximo posible al resto de trabajadores tanto en medidas sociales, como de conciliación, desempleo o jubilación.

Los últimos gobiernos han tratado de mejorar la legislación para fortalecer el emprendimiento y que las empresas que dependen de estos operarios puedan consolidarse y crecer, ya que de ellos depende la mayor parte del empleo que se crea en el país. De hecho, el tejido productivo nacional se caracteriza por que el 99,98% de las compañías son pymes que registran el 74% del empleo total que está de alta en la Seguridad Social.

Sobre la subida de la cotización de los autónomos, el presidente de ATA, Lorenzo Amor, señala que «tradicionalmente tanto en el Gobierno del PP como en el de Zapatero y en los primeros de Sánchez se pactaba cuánto se subía. Llevamos dos años en los que el señor Escrivá unilateralmente decide cuánto suben las cotizaciones. El año pasado lo hicieron de forma más moderada pero, este, el incremento ha sido de un 8,6%. Esto no tiene nada que ver con el nuevo sistema de cotización por ingresos reales». 

También destaca Amor que «no voy a negar que haya empresas que a día de hoy tengan beneficios, pero uno de cada cinco autónomos de este país, es decir unos 600.000, cada vez que levantan la persiana, saben que ese día van a gastar más de lo que van a ingresar», puesto que los costes financieros, el encarecimiento de las hipotecas o la revisión al alza de los alquileres dificulta cada vez más su actividad.

Así, entre las complicaciones que afrontan los trabajadores por cuenta propia, este colectivo cita el alza de los costes laborales y de las cotizaciones sociales con el nuevo 0,6% para el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI).

La patronal ATA muestra su disconformidad con la subida de las cotizaciones un 8,6% «sin consulta» por parte del Gobierno y recalca que no tiene nada que ver con la reforma del Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA).

El presidente de los autónomos subraya que de las reformas que se han planteado en el último año, «de momento, lo que hay acordado son las cotizaciones que van a tener que pagar en 2023, 2024 y 2025». «Me parece patético y poco serio que el ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá le diga a Bruselas que va a recaudar 6.000 millones de euros más, cuando no sabemos si van a bajar o subir las cuotas», que es lo que nos importa.

Pesimismo

La realidad indica que el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) perdió el pasado mes de enero 20.800 autónomos como consecuencia de la inflación, los altos costes de producción y la caída de las ventas. Se trata del «peor mes de enero desde el año 2012», según confirman desde la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA).

Por otra parte, critican que «los autónomos no perciben los fondos europeos o el número de profesionales que lo ha hecho es muy escaso, apenas se les ha concedido a 40.000, lo que supone un 2%.

A pesar de esa falta de optimismo, los empresarios por cuenta propia no lo dan todo por perdido y creen que su situación puede mejorar si afloran los dos millones de trabajos que existen en la economía sumergida sin cotizar.