Su vasta hoja de servicios a la comunicación en general y, claro, al periodismo en particular incluye todas las esferas y formatos de la profesión, que en su caso es también vocación. Con una primera parte en Albacete, donde perfectamente se le podría aplicar ese acrónimo tan trillado y a veces tan utilizado indebidamente, lo que no es su caso, de JASP: o sea, joven aunque sobradamente preparada. La segunda parte, ya en labores más dedicadas a la comunicación al margen de las noticias, la lleva desarrollando en el siempre difícil, complejo y competitivo lugar que es Madrid. Pongamos que se habla-escribe de Cristina Martínez. Quien no sólo se siente embajadora de la tierra, sino que sostiene y argumenta que el buen periodismo siempre ha caracterizado a Albacete.
Quizás en la capital de España, con su lluvia continua de noticias, se tenga el concepto de que el nivel de la prensa es mayor, cuestión que rebela a la paisana. «En provincias no se tiene que envidiar en absoluto al nivel de Madrid. Y dentro de ello, Albacete siempre ha destacado, y sigue destacando, por tal cuestión, como ocurre ahora mismo». Incluso, añade, en la incorporación a las nuevas tecnologías, a cuyo carro es imprescindible subirse porque es obligado reciclarse y estar al día de ellas.
Lo esencial de la profesión no ha cambiado aunque ahora observe que todo es muy diferente desde que comenzó a trabajar casi a final de la década de los 90. Cuando había un boom de medios con el inicio de las televisiones locales, en un momento en que llegó a haber tres, siendo su cara una de las más conocidas como presentadora de los informativos de TV Albacete «También existían tres diarios locales, de los que sólo queda La Tribuna, afortunadamente manteniendo su magnífico nivel», recuerda, para rematar con «el gran número de puestos de trabajo entonces para los periodistas, que se fueron perdiendo».
Como es lógico recuerda «con mucho cariño» que tanto en la tele como en otros medios en los que trabajó estuvo rodeada de «una gente maravillosa». Luego continuó su profesión en la Junta de Comunidades hasta 2011, cuando se trasladó a Madrid a la par que realizaba un Curso Superior de Gestión de Redes Sociales y Community Management (Deusto Formación), que sumar a su licenciatura en Ciencias de la Información en el CEU San Pablo de Valencia entre 1992 y 1997.
Esa llegada a la capital española, en realidad a la localidad de Las Rozas, era obligada, ya que Pablo, su marido, de raíces madriguerenses, es funcionario y sacó su plaza en Madrid. «Ya teníamos un bebé y tuve que tomar la decisión obligatoria de desplazarme. Me costó mucho dejar Albacete, dejar de tener cerca a mi familia y a mis amigas…pero la vida manda».
De modo que ahora su faceta profesional la desarrolla lejos de los medios de comunicación de noticias, aunque está en contacto con ellos -de hecho, colabora altruistamente con un periódico digital de su lugar de residencia-, y lo que podría llamarse, como ella explica, «desde el otro lado».
Una labor, por supuesto, diferente pero dentro de lo que es una vocación en la que no tiene ningún antecedente familiar y que surgió en el Instituto, cuando tras acabar COU, ya tenía muy claro lo que quería estudiar para luego dedicarse a ello. Su inclinación venía porque le gustaban mucho las letras, escribir, leer mucha literatura. Aunque no le importa confesar que a sus padres «no les entusiasmó mucho la idea» cuando se lo planteó, y que «hubieran preferido» que estudiara Derecho.
Esa forma distinta de ejercer la comunicación de manera profesional, y también vocacional porque no deja de ser una tarea diferente dentro de la comunicación moderna, es la que dedica a llevarla, interna y externa, a empresas, instituciones, marcas. «Tengo clientes en Madrid, pero también en Albacete y Castilla-La Mancha, donde me encanta trabajar».
Se trata de firmas importantes y de prestigio que han confiando en la albacetense, toda una experta en Comunicación y Marketing Estratégico que aplica a las muchas empresas para las que trabaja, no sólo de la Comunidad de Madrid, sino de otras y, claro, de Castilla-La Mancha. Dentro de tal labor se incluye la relación diaria con medios de comunicación nacionales y, con los gabinetes de prensa y de gestión de las redes sociales.
Y hablando-escribiendo de las redes sociales, parece obligado cuestionarle sobre la acusación de competencia desleal de las mismas y su fea propagación de noticias falsas -las tan de moda fake news, en el idioma que nos impone Estados Unidos-. «Yo creo que no son ninguna competencia. Todo suma y, de hecho, en este caso, enriquece. La inmediatez que te permiten las distintas redes sociales, usándolas bien y como complemento al resto de medios, es muy positivo en comunicación».
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