Javier Romo dejó una vuelta en la que se estaba revalorizando

Juan Carrizo
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El ciclista toledano, afincado desde hace varios años en Albacete y que corre con el Astana, se tuvo que retirar tras una dura caída

Javier Romo, magullado tras su caída en la novena etapa. - Foto: Astana Qazaqstan Team

La de Javier Romo es una historia curiosa. Nacido en Villafranca de los Caballeros (Toledo) en 1999, dios sus primeros pasos en el triatlón, deporte en el que consiguió numerosos éxitos con el Club Triatlón Albacete, al que llegó muy joven, en 2015, para poner los cimientos de una prometedora carrera. En 2017 fue campeón de España júnior, décimo en el Campeonato de Europa de Triatlón sub-23 y en 2018 cuarto en el Campeonato de España absoluto.

Albacete lo acogió con el cariño con el que siempre recibe a todos los que, por unos motivos u otros, llegan a vivir a esta ciudad. Formó su grupeta como se llama habitualmente al grupo de amigos que salen juntos a entrenar y ese es uno de los motivos por el que sigue viviendo en nuestra ciudad. «Ciertamente en Albacete se puede entrenar bien, con rutas llanas y luego tenemos la sierra. Hay mejores sitios para entrenar, pero luego está el aspecto psicológico, que es muy importante, porque en definitiva se trata de estar tranquilo y a gusto. Yo en Albacete me encuentro muy a gusto y tengo mi grupeta, que me apoyan mucho y es como mi familia», señaló ayer a este diario.

En un entrenamiento con su grupeta por la sierra manchega durante el confinamiento coincidió con Óscar Sevilla, que le animó a probar con el ciclismo. El caso es que con la pandemia al triatlón le costó volver a arrancar y Romo empezó a participar en pruebas ciclistas. En agosto de 2020 se proclamó campeón de España sub-23, lo que confirmó que tenía madera de rodador. Fichó por el Astana Qazaqstan Team de Vinokurov, con el que tras tres años acaba contrato y parece que ya tiene ofertas de otros clubes. El ciclista afincado en Albacete estaba realizando una gran Vuelta a España, pero una caída el domingo en la novena etapa, entre Cartagena y el Collado de la Cruz de Caravaca le hizo tener que retirarse al día siguiente. «Se estaban haciendo abanicos, pille una piedra, se me salió el pie y me fui al suelo, no pude hacer nada. Me hice heridas por todo el cuerpo, golpes, pero aunque lo pasé mal acabé el día», explicó.

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