Ángel Villarino

RATAS DE DOS PATAS

Ángel Villarino


Hagan juego

09/06/2023

El PP se ve en Moncloa y han empezado ya las quinielas y los cabildeos. Como de costumbre, el de Exteriores es uno de los ministerios más ambicionados. Más por el prestigio que por su peso real en el consejo de ministros. Máxime el de Feijóo, que necesita una figura de máxima solvencia para paliar una de sus principales carencias.
Se barajan nombres y empieza a cuajar ya una idea de cuál podría ser la política exterior del próximo gobierno. Se prevé, por ejemplo, una vuelta al atlantismo (en esto podría parecerse más a Aznar que a Rajoy) y un alejamiento de la órbita de Bruselas. También se acaricia un nuevo giro hacia Latinoamérica, el continente que menos cariño ha recibido de Albares.
Los diplomáticos más cercanos al PP tienen claras otras dos grandes prioridades, aunque hay discrepancias sobre el enfoque más apropiado para abordarlas. La primera, Marruecos, seguirá siendo cuestión de estado y el conflicto exterior con más potencial de hacernos daño. Rabat sigue con atención nuestra política y sabe que, como poco, tendrá que volver a echar el pulso que acabó ganando a Sánchez sobre el Sáhara.
La segunda es la bomba de relojería del Sahel, un tema que preocupa mucho en el entorno popular y también a los militares españoles. Si no hay nuevos 'cisnes negros', se trata de una emergencia que irá ganando protagonismo en los próximos años. De como se gestione depende también el espacio que pueda acabar ocupando Vox en la vida política española.
Finalmente, hay algo que no parece que vaya a cambiar: nuestra política exterior en Asia. Ningún gobierno español ha tenido muy claro qué hacer en el continente más poblado del mundo, el que más crece, y el predestinado a la hegemonía económica -probablemente también la militar y política-. A diferencia de lo que ocurría hace una década, al menos ya se entiende su importancia. Algo es algo.