Elena Serrallé

Elena Serrallé


Hoy es noticia ser educado

28/02/2024

Hace unos días nos desayunábamos la noticia de que un niño de cuatro años resultaba premiado por la conductora del bus que, junto al resto de compañeros, lo lleva diariamente al colegio. El motivo del otorgamiento del reconocimiento no es otro que el saludo y despedida que el pequeño dirige cada vez que sube y baja del transporte escolar.
Y al leerlo, de manera simultánea, se dibujó en mi cara una sonrisa de complacencia y una mueca de tristeza.
Me resulta gratamente entrañable que el niño verbalice los buenos días y el adiós cada vez que se encuentra o despide de esta señora. Aplaudo ese gesto fruto de la educación esmerada inculcada, con toda seguridad, por sus padres (porque yo soy de aquellas personas que considera que en casa se educa y en los centros escolares se forma). De las normas más básicas de educación es enseñar a los menores a saludar cuando llegan a un lugar y a despedirse cuando lo abandonan.
Pero, irremediablemente, también me genera cierta desazón entender que ese gesto tan simple, tan necesario y tan esencial, haya llegado a considerarse en peligro de extinción hasta el punto de ser entendido como primicia cuando sucede. Es dramático. Es grave. Es tremendo.
Los niños son los espejos de los adultos. Imitan lo que ven, así de sencillo. Y no, no compro aquello de ir con prisas, pendientes del móvil, de las redes o de mil y una excusas que intentan justificar lo injustificable para intentar endulzar una brutal falta de educación como es no saludar. 
Es tan triste.