Juan L. Hernández Piqueras

Juan L. Hernández Piqueras


Enfrentada y desorientada

14/03/2024

Tras el batacazo gallego, la izquierda se asoma a un carrusel electoral en los próximos meses, comenzando el próximo abril con las elecciones vascas, para inmediatamente después abordar unas europeas que tendrán, sin duda, su propia lectura y traducción como termómetro electoral nacional, mientras en el horizonte se siluetarán ya las catalanas, que ahí es nada con la que está cayendo y la que caerá hasta entonces con la ley de Amnistía y todo lo que este tema, política, jurídica y socialmente, lleva consigo. Y todo este panorama ante una izquierda en horas bajas y que se ha ido quedando sin paraguas ante un abril lluvioso tras este marzo ventoso que padecemos. Un reto difícil para una izquierda enfrentada y desorientada, casi sin tiempo para reinventarse en contenidos ni para revitalizar la izquierda callejera e impulsar movimientos como fue en sus días de origen Podemos o el proyecto de Sumar, cuyo mecanismo de calculadora ha petado de tal manera que cada vez que aprietas la tecla de sumar terminas restando. Es la hora de la verdad y esta izquierda fragmentada y desmoralizada sólo se cubre a la sombra del PSOE donde, por cierto, tampoco corren los mejores tiempos.
La maquinaria pesada de la derecha hace tiempo que comenzó su faena para cimentar la reconquista del poder y marcha imperturbable hacia su objetivo. Desde la izquierda, embutidos en sus debates y en sus quimeras, no se atisba reacción alguna. Podemos es quizá el caso más paradigmático de esta desorientada izquierda, aquellos que iba a asaltar el cielo se han quedado en el limbo. Un limbo que ahora está más cercano del infierno de la intranscendencia política.