Juan L. Hernández Piqueras

Juan L. Hernández Piqueras


Manto de silencio

11/05/2023

La OMS, Organización Mundial de la Salud, ha declarado el final de la emergencia internacional que ha supuesto la pandemia y que nos ha machacado y martirizado durante tres largos años en los que hubo que adaptarse a un mundo que desconocíamos y a unas condiciones de vida que hasta ese momento nunca se nos habría ocurrido imaginar que podrían determinar nuestra propia existencia. Un anuncio como el realizado por el organismo internacional sanitario se venía soñando desde el momento en que la pandemia comenzó a golpearnos, sin embargo ha pasado un tanto inadvertido en una sociedad que no hace mucho anhelaba con que ese momento pudiera llegar cuanto antes. Tal vez esa poca euforia y el escaso júbilo con el que se  transmitía el anuncio, refleje la propia impotencia del orgulloso ser humano que ha quedado bien patente a la hora de enfrentarse a un enemigo tan letal como invisible. El máximo dirigente de la OMS reconocía en su declaración que la Covid nos ha cambiado el mundo y nos ha cambiado a nosotros mismos. Además, es evidente que el virus vino para quedarse y se queda entre nosotros, el final de la emergencia no conlleva la derrota absoluta de la pandemia, lo que obliga a mantener avivadas todas las alertas y no olvidar los daños causados y sobre todo los casi siete millones de muertos sumados en todo el mundo. Cifras que se barajan oficialmente pero que todas las fuentes estiman que se quedan cortas ante una realidad que puede superar los 20 millones de vidas perdidas. Mucho antes de dar por finalizada la alerta, las cifras de muertes y contagios ya se había ocultado bajo un manto de silencio. ¿Sabremos alguna vez las cifras reales de la hecatombe? 

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