Javier López-Galiacho

Javier López-Galiacho


Sanadores de toreros

16/05/2023

En la primera tarde de Morante en Las Ventas, mientras que los nuevos aficionados del patrón cayetanos y borjamaris apuraban su copa de balón en la cercana y atestada La Tienta, este columnista decidió caminar en soledad hacia donde estuvo el viejo Sanatorio de Toreros en la calle del torero Sancho Dávila. Hoy, en ese mismo número 12 que ocupaba aquella rareza mundial de la sanidad, se alza un impersonal bloque de viviendas. El Sanatorio cerró en 1979 por la inclusión de los toreros en el régimen especial de la Seguridad Social y durante años se mantuvo cerrado, pero en pie, para sonrojo de la profesión taurina que por indolencia lo dejó morir. Aquel Sanatorio concebido en su día por Mazzantini y luego por el gran Bombita chico a través de su Asociación Benéfica de Auxilios Mutuos de los Toreros (familiarmente conocida como Montepío), fue levantado en 1927 bajo el impulso del más grande, don Marcial Lalanda. Los toreros heridos ya no tendrían que ser asistidos de clínica en clínica, sino en su propio hospital. Allí ejercieron su magisterio los mejores cirujanos taurinos del siglo XX como Jiménez Guinea, Tamames o don Máximo García de la Torre. Allí murió el torero Pepe Mata en 1971. En los años 90 del pasado siglo, la especulación inmobiliaria y la avaricia final del antiguo Montepío, terminaron derruyendo el Sanatorio. Por unos pocos millones de pesetas y un par de pisos en permuta, se mal vendió todo, incluso la dignidad de los propios toreros, porque ellos lo levantaron y sólo ellos le dieron la puntilla. Este miércoles, el doctor Pascual Masegosa trae a Albacete el congreso nacional de la Sociedad Española de Cirugía Taurina, reuniendo científicamente a esos ángeles custodios de los toreros que son los cirujanos taurinos. Es el torero el único artista del mundo que interpreta su profesión con un médico a su lado. Para mí, hijo de un cirujano con el que se inicio Masegosa, es todo un honor que Pascual me pidiera que mañana presente la Gala inaugural en nuestro Teatro Circo. Nuestra gratitud permanente a vosotros cirujanos taurinos que sois sanadores de los toreros. Si un día faltáis, nos vamos todos a casa.